Martes, 10 de febrero de 2009 | Hoy
MUSICA › EL JUEVES EMPIEZA EL FESTIVAL DE MúSICA POPULAR ARGENTINA
Lejos de la histeria de otros encuentros, construyó un perfil diferente. Les brinda espacio a referentes alternativos como José Ceña, Laura Ros y Ariel Prat, entre otros, sin descuidar a las “estrellas”. Y es el único festival que les da igual importancia al tango y al folklore.
Por Karina Micheletto
Este jueves arranca el festival más importante de la provincia de Buenos Aires, el de Baradero, un encuentro que con el tiempo logró construir un perfil que lo diferencia conceptualmente de los demás. Primero, por ser el único que históricamente pone en escena folklore y tango, otorgando importancia a ambos géneros por igual –de hecho, se denomina con amplitud Festival de Música Popular Argentina–. Pero sobre todo porque la programación, y también la preferencia del público, parecen guiadas por un espíritu mucho menos histérico que el que caracteriza los grandes festivales. Una suerte de descanso en medio de la maquinaria del arriba las palmas festivalero, alimentada tanto por las hordas adolescentes que siguen a Soledad, como por las señoritas y señoras cachondas de Jorge Rojas y el Chaqueño.
Claro que las estrellas no pueden faltar en la programación de un festival que se precie de tal, y de hecho este año abrirá Baradero el Chaqueño Palavecino. El hombre de la sonrisa tan ancha como el ala de su sombrero viene de sufrir un traspié en Cosquín, cuando se pasó del tiempo pautado para su actuación y terminó partiendo ofendido, mientras pedían por él desde el escenario. Aquella vez se “robó” la noche Peteco Carabajal, que más tarde mostró que se pueden ganar ovaciones sin divismos. Irónicamente, este jueves ambos artistas volverán a compartir la primera noche de festival en la llamada “Ciudad del Encuentro”.
La diferencia en Baradero no está dada por la ausencia de figuras taquilleras en la programación, que las hay, sino por la presencia de otros artistas que no siempre encuentran en los festivales el ámbito más propicio para hacerse escuchar, quizá porque lo que ofrecen es, justamente, música que reclama una cuota de atención en la escucha. Al repasar la programación de esta edición número 35 de Baradero aparecen, por ejemplo, propuestas como la del excelente guitarrista José Ceña, gran cultor de la huella yupanquiana, o la arriesgada delicadeza de la cantante Laura Ros, ambos el próximo viernes. El sábado estará el dúo Orozco-Barrientos, ganador del Premio Consagración de Baradero el año pasado. Y el domingo, en el cierre del festival, habrá lugar para La Vela Puerca, Teresa Parodi, el Dúo Coplanacu, Arbolito y Ariel Prat, entre otros.
La programación también destaca al tango con figuras como Mariano Mores, la bailarina Mora Godoy con su ballet y Omar Mollo. E incluye otros destacados del folklore: Jaime Torres, Raly Barrionuevo, Los Huayra, Luciano Pereyra y Argentino Luna, entre otros. Todos los artistas son presentados con coplas, otra “marca” de este festival. Baradero es además un festival que suele “adelantarse” en sus Premios Consagración: los ha otorgado antes que Cosquín a artistas como Los Huayra, Mariana Cayón, Abel Pintos y Los Nocheros. Orozco-Barrientos y Bruno Airas fueron otros consagrados de Baradero.
Desde su creación en 1965, el festival fue desde los gloriosos ’60 (como aquella edición que reunió a Atahualpa Yupanqui, Astor Piazzolla, Los Chalchaleros y Aníbal Troilo, en 1967), hasta su interrupción durante la última dictadura. Pasó por las manos de Mahárbiz, de Héctor Cavallero y Los Nocheros, para finalmente ser organizado por la Municipalidad. Sufrió metidas de pata como la del intendente el año pasado, cuando en una entrevista radial deslizó que Mercedes Sosa ya no convocaba tanto público como antes, y tuvo que disculparse públicamente para que la artista aceptase finalmente actuar. Logró sobrevivir y seguir convocando al encuentro.
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