En el centro de la ópera Lohengrin, como en muchas de las obras de Richard Wagner, hay un pacto incumplido. Pero la historia del que no debe preguntar para conquistar el amor no es nueva, desde ya. Estaba en la imposición a Orfeo, de no mirar a su amada mientras la conducía nuevamente al mundo de los vivos, y en las pruebas que debe sortear Tamino, en La flauta mágica, de Mozart. De lo que se trataba era de la curiosidad como madre de todos los males. En esta ópera situada en un período transicional del autor, un misterioso caballero viaja al reino de Brabante, llevado por un cisne mágico, para defender a la princesa Elsa, acusada de un crimen que no cometió. Lohengrin y Elsa se enamoran y el caballero pide la mano de su amada bajo la condición de que ni su nombre ni su origen le sean preguntados jamás.

Estrenada en 1850 con la dirección de Franz Liszt, fue interpretada en el Teatro Colón por última vez hace veinte años. Hoy a las 20.30 subirá a escena nuevamente con puesta, escenografía e iluminación de Roberto Oswald, durante décadas uno de los máximos especialistas en Wagner de la escena local. Con la conducción musical de Ira Levin, habrá funciones, además, el viernes 23, el domingo 25 (única en el horario de las 17), miércoles 28 y viernes 30. “Reconozco ahora con toda evidencia el carácter y la situación de este Lohengrin como el tipo de sujeto propiamente, únicamente trágico, como lo trágico del elemento vital del mundo moderno, y de una significación para el presente similar en general a la Antígona –guardando las proporciones– en relación con la vida pública griega”, escribía Wagner en una carta donde decía, más adelante. “Aquel que, en mi Lohengrin, no ve más allá de la categoría romántico-cristiana no comprende más que accidentes contingentes, pero no la esencia del fenómeno”. Con diseño de vestuario de Aníbal Lápiz y la participación del Coro y la Orquesta Estables del Colón, la obra será protagonizada por John Horton Murray (que alternará su papel con Richard Crawley), Ann Petersen, Kurt Rydl, James Johnson y Janina Baechle.