MUSICA › COMIENZA HOY EN EL LUNA PARK EL FESTIVAL MARTHA ARGERICH
“Transmitir la fragilidad”
Sergio Tiempo es uno de los pianistas preferidos de Martha Argerich y compartirá con ella la inauguración del festival.
Por Diego Fischerman
“Tiene una gran inteligencia y una paleta sonora excepcional y plena de imaginación”, dice Martha Argerich. Y se refiere a uno de los pocos pianistas que podrían considerarse sus discípulos. Sergio Tiempo, venezolano, hijo de argentinos –y nieto del gran poeta César Tiempo– y radicado en Bruselas, será quien abra hoy, junto a Argerich, el festival que lleva el nombre de la pianista y que se realiza en Buenos Aires por quinto año consecutivo. El concierto, a las 21, será en el Luna Park y contará con la participación de la orquesta juvenil Simón Bolívar, de Venezuela, conducida por Gustavo Dudamel. Argerich tocará el genial Concierto No 1 de Sergei Prokofiev y Tiempo el Concierto No 1 de Piotr Ilich Tchaikovsky.
“Hay una sensación de recorrido, desde luego, pero lo siento muy pequeño cuando veo todo lo que falta por hacer, todo lo que me gustaría”, dice Sergio Tiempo. “Pero, al mismo tiempo, estoy feliz de lo que he hecho y disfruto cada momento que comparto con otros músicos. Lo que pasa es que, más allá de cualquier reconocimiento externo, cuando uno siente que no tocó bien, no sirve de nada que otro diga que fue genial. Uno no les cree. El compromiso más grande es con uno mismo. La otra vez vi un actor, por televisión, que decía que las cosas le salían realmente muy mal y muy alejadas de cómo querría que le salieran y que sufría horrores. El entrevistador le preguntaba entonces por qué lo hacía y él contestaba que actuaba pensando siempre que la próxima vez podría lograr lo que quería. A veces a mí me pasa lo mismo. Y a veces, claro, siento lo contrario y me siento muy feliz de hacer música.”
Tan crítico con el mundo actual de la música como consigo mismo, Tiempo opina que “se ha perdido en gran parte la dimensión humana. Un artista debe transmitir, también, su fragilidad. Y muchos de los nuevos pianistas que aparecen son maquinitas. Tocan todos igual, parece que tuvieran miedo de ser individuales. Y la individualidad es lo que hace que la música esté viva”. El pianista, que reconoce que su vida cambió cuando escuchó por primera vez a Martha Argerich, tuvo “la suerte infinita” de ser escuchado por ella en numerosas ocasiones, “sobre todo cuando era muy chico”. Dice que ella enseña, sobre todo, “tocando”. Y ha tocado en dúo, con ella, en muchas ocasiones –volverá a hacerlo en el festival–. Próximamente grabará en EMI, dentro de una serie bautizada Mar-
tha Argerich presenta y dedicada a los jóvenes pianistas que ella apoya. “Martha me enseñó el respeto por la esencia de la música: el fenómeno temporal. La música es lo que pasa en cada momento y no podría pasar nunca más. Si uno no responde a eso, mata a la música.”