La soprano estadounidense Beverly Sills, conocida entre los amantes de la ópera por su talento, pero cuya personalidad le permitió convertirse en un ídolo estadounidense, murió ayer a los 78 años, víctima de un cáncer de pulmón. Sills, nacida en Brooklyn en plena Gran Depresión, en 1929, interpretó un amplio repertorio de protagónicos, desde la Anna Bolena de Donizetti hasta la Elvira de Bellini.

La cantante también se hizo popular entre aquellos que desconocían la ópera con su propio programa de televisión y con otras apariciones públicas, como cuando fue invitada de Johnny Carson o cuando apareció con el cómico Carol Burnett, según recordó el diario The New York Times. Sills se retiró de la canción en 1980 y comenzó una nueva trayectoria como directora de la Opera de Nueva York durante diez años, dejando el centro en mejores condiciones económicas que cuando tomó las riendas. Sills amplió el repertorio e incluyó óperas raras como Die Feen, de Wagner, o nuevas como X (The Life and Times of Malcolm X), de Anthony Davis.