Martes, 18 de diciembre de 2007 | Hoy
MUSICA › PARA BAILAR HAY QUE ESPERAR
El flamante director, Gustavo Mozzi, y el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, dieron a conocer las novedades de un evento que pasa a agosto, porque es cuando “baja la actividad”.
Por Karina Micheletto
Cuando todavía resuenan los ecos del revuelo que se armó la semana pasada, con mails y acusaciones cruzadas por el rumbo que tomarán el año próximo los festivales de la ciudad, el flamante equipo de la gestión Macri presentó el Festival Buenos Aires Tango. Entre las mayores novedades está la del cambio de fecha (no será entre febrero y marzo, como hasta ahora, sino entre el 15 y el 23 de agosto, pegado al Campeonato Mundial de Baile de Tango, del 23 al 31 de ese mes), el anuncio de producciones de homenaje a Aníbal Troilo, Astor Piazzolla y Mariano Mores, y un acento puesto en la generación de nuevas composiciones.
Ayer, en una conferencia de prensa realizada en el Café Tortoni, el flamante responsable de este festival, el guitarrista y compositor Gustavo Mozzi, junto al ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, presentaron los principales ejes del festival que se viene. La mesa de presentación también estuvo integrada por el cantante Raúl Lavié, el periodista Gabriel Soria, Néstor Schiavone en representación de Sadaic, Omar Viola –titular de la Asociación de Organizadores de Milongas– y Eduardo Arquinbau, presidente de la Asociación de Maestros, Bailarines y Coreógrafos de Tango Argentino. En la presentación también se vieron figuras como Leopoldo Federico, Gabriel “Chula” Clausi, José Colángelo, Fernando Suárez Paz, Osvaldo Berlingieri, Alberto Podestá, Oscar Ferrari, el cantante Caracol y tangueros de la nueva guardia como Nicolás Ledesma, Ramiro Gallo y Pablo Agri.
“Buenos Aires tiene varios festivales, pero queríamos empezar por presentar éste, que es una forma de proyectar identidad”, destacó el ministro de Cultura. “Lo hemos unido al Mundial de Tango con el propósito de que ambos eventos sean para Buenos Aires lo que es el Carnaval para Río de Janeiro, es decir, un marca para siempre.” La conferencia de prensa tuvo el condimento extra que tienen este tipo de reuniones públicas tras un cambio de autoridades: la de la presentación en sociedad de los nuevos nombres y caras, algunas que en este caso regresan de las viejas épocas de Darío Lopérfido. El evento no contó, en cambio, con el toque escandaloso que muchos temían: dadas las circunstancias en las que se fueron las anteriores autoridades (denunciando que fueron echadas sin previo aviso, que se removieron todos los equipos de trabajo y se cortó la línea de trabajo seguida durante años) muchos imaginaban algún tipo de puesta en escena para la ocasión. Sólo la ex directora del festival, Carolina Simón, se acercó a Lombardi con la conferencia de prensa terminada para plantearle su postura. “Admitamos que hay derecho al cambio”, se defendió el funcionario. “Te espero en mi oficina.”
Gustavo Mozzi, en cambio, se encargó de desmentir uno por uno todos los argumentos de los funcionarios salientes: “Jamás hubo una idea de suspender el festival, de hecho yo fui convocado hace un mes. Hablé con Simón, vi lo que estaba armado y hay una coincidencia estética con gran parte de la programación, que se va a sostener”, aseguró el músico, en diálogo con Página/12. “Hasta el momento no hay un solo contrato firmado, pero quiero evaluar con tranquilidad lo que está pensado, y seguramente la mayoría va a continuar. Al equipo de trabajo le pedí que siga, está en ellos hacerlo o decidir otra cosa, pero para mí sería ideal contar con la experiencia de todos ellos. Simplemente hubo un cambio de estructuras, con un núcleo duro que asiste a todos los festivales, para aprovechar mejor los recursos.”
Mozzi también aseguró que el portal Tangodata continuará funcionando: “La idea es que crezca con nuevos contenidos, para poder subir arreglos orquestales en PDF, por ejemplo”, dijo. Explicó además que piensan apostar a artistas locales, por lo cual se suspenderá de la programación anterior alguna visita internacional prevista. Y proyectos en marcha como el de las nuevas composiciones, con la guía de Gustavo Beytelmann, seguirán adelante. También explicó que se buscará dar impulso a las industrias culturales del tango, convocando a productores, programadores y responsables de sellos discográficos del mundo, “para que el festival sea una vidriera internacional de nuestros artistas”.
–¿Cambiar la fecha del festival pegándolo al campeonato no sería sacarle una fecha a la ciudad?
G. M.: –Es obvio que necesitamos tiempo para organizar este nuevo perfil, con todos los estrenos y obras que queremos presentar. La Unión de Milongas nos sugería esta fecha, porque para ellos es cuando baja la actividad, y en febrero o marzo siempre hay mucha gente de todos modos. Además, febrero tiene una agenda importante de festivales de verano, y dentro de esa programación está previsto incorporar el tango, además de la gran milonga al aire libre que se armará en el verano.
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