Sábado, 28 de marzo de 2009 | Hoy
CINE › SELECCIóN OFICIAL INTERNACIONAL Y COMPETENCIA ARGENTINA
La canadiense Derrière moi y la argentina Plan B comparten la idea del juego erótico entre personajes de un mismo sexo como una suerte de conspiración. Y en la portuguesa Um amor de perdiçâo no hay amor que no sea imposible, maldito o condenado.
Por Horacio Bernades
Seguramente más por casualidad que por cálculo de los programadores, dos películas que por estos días compiten en el Bafici parecerían una la imagen invertida de la otra. En la canadiense Derrière moi, que se presenta en competencia en la Selección Oficial Internacional, una relación tímidamente erótica entre dos chicas resulta ser, en verdad, fruto de una siniestra conspiración. Por el contrario, en Plan B (Selección Oficial Argentina), lo que se inicia como una conspiración entre lúdica y disparatada termina siendo verdadero amor entre dos chicos (aunque no tan chicos, ya que andan por los 30). A su turno, en la portuguesa Um amor de perdiçâo (también en la Selección Oficial Internacional) no hay amor que no sea imposible, o maldito, o condenado.
Segundo largo de Rafael Ouellet, Derrière moi se inicia con una escena trunca, cuyo sentido sólo quedará develado en la escena final. Esos dos momentos encierran un secreto, francamente sórdido, que termina por hundir en la más llana inhumanidad la relación entre las protagonistas. Estas son una chica de veintipico, de la que se sabe poco y nada, y una de catorce, provinciana, rubia y virgen, a la que la otra seduce, con paciencia ejemplar y guante blanco. Todo tiene lugar en una pequeña localidad veraniega, y si algo no debe suponerse es que Derrière moi es una historia de pasión. Para conquistarla, Betty obsequia a Léa con escapadas en auto, salidas de shopping, primeros besos e iniciación en las drogas.
Pero su deseo se mantiene llamativamente velado, algo que en retrospectiva puede verse como signo de que se trataba de otra cosa. Tanto como el aire triste y resignado de la cazadora, propio de quien cumple una misión no precisamente agradable. Filmada con unos planos que refuerzan el encierro, Derrière moi es una película fría y distante, enteramente construida en función de la sorpresa final.
Opera prima del argentino Marco Berger, Plan B parte de una premisa de comedia y durante su primera mitad mantiene el humor, antes de derivar en algo así como un drama romántico a regañadientes. “Pateado” por la novia, Bruno decide levantarse a Pablo, nuevo novio de su ex, como modo de joderle la vida. Leído así, el punto de partida daría para la próxima de Suar, acompañado por Peretti y Griselda Siciliani. Pero Berger no apunta a divertir con el equívoco, sino a construir una historia de amor, que sus protagonistas son los últimos en admitir. Eso no quiere decir que en esa primera parte no funcionen particularmente bien (por lo graciosas e incómodas) las escenas de equívoco, muy bien manejado por ambos actores (Manuel Vignau y Lucas Ferraro). Por otra parte, al filmar sin apuros, Berger logra darle a cada escena un tempo que le sienta. A la larga, sin embargo, la interminable serie de vacilaciones, vueltas y circunvalaciones de Bruno y Pablo puede llegar a resultar enervante. La pregunta del millón es si Plan B es una película sobre la histeria homoerótica o si, por el contrario, la histérica es la película. De la respuesta debería depender la evaluación final.
Um amor de perdiçâo es una nueva versión cinematográfica (hay varias anteriores, incluida una de Manoel de Oliveira) de la novela homónima de Camilo Castelo Branco, todo un clásico de la literatura portuguesa. La película inscribe literalmente la intención de releer ese típico melodramón romántico decimonónico, al hacer que una vieja edición de la novela circule entre los personajes, que cada tanto leen en voz alta algunos de sus párrafos. Por otra parte, en la escena inicial una representación teatral escolar es interrumpida por un grupo de vándalos, de modo tan teatral que parece parte de la obra. Puesta en abismo, que anuncia que lo que viene no pretende ser tanto una versión como una representación de la novela. Sin embargo, el realizador Mario Barroso da la impresión de haber dejado esa intención a medio camino, por lo cual su versión, para tratarse de una relectura, termina demasiado pegada a ese anacronismo viviente que es la novela original. Pero tampoco lo suficiente como para generar alguna emoción.
* Derrière moi, hoy a las 16 en el Hoyts 10 y mañana a las 22.30 en el Atlas Santa Fe 2.
* Plan B, mañana a las 14.15 en el Hoyts 9 y el lunes a las 20.45 en el Teatro 25 de Mayo.
* Um amor de perdiçâo, mañana a las 21.30 en el Hoyts 9 y el lunes a las 18.30 en el Teatro 25 de Mayo.
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