En una Tecnópolis especialmente habilitada para la ocasión, se presentó la 26ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que tendrá lugar en esa ciudad balnearia desde el sábado próximo y hasta el domingo 13 de noviembre. La presentación estuvo a cargo de Liliana Mazure, presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, que lo hizo acompañada de otro presidente, el realizador cinematográfico José Martínez Suárez, que lo es del evento. Los rodeó un pequeño pelotón de funcionarios nacionales y del gobierno provincial y marplatense. Además de desplegar las líneas principales de la programación, durante la conferencia de prensa quedó oficialmente presentado el llamado Consorcio del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, entidad tripartita que a partir de este año concretará la asociación entre Nación, Provincia e Intendencia marplatense, que desde la anterior edición permite dar continuidad al Ficmdp.

“Esta edición de Mar del Plata tiene que ver con el proyecto de país que estamos llevando adelante y con la políticas del gobierno nacional en relación con el audiovisual”, dijo Mazure, destacando el volumen de producción anual del cine argentino. “El objetivo es que el audiovisual sea una industria potente, poderosa, de exportación y generación de divisas y de libre expresión, que nos contenga a todos y refleje nuestra identidad”, completó la presidenta del Incaa. En contraste con los casi tres centenares de la edición Nº 25, se anuncian para este año un total de 230 películas, de las cuales la mayoría son largometrajes. El achicamiento obedece a la reducción de aportes por parte del Incaa, que pasó de cubrir el presupuesto entero del festival al tercio que ahora le toca. “Hemos logrado algo que venimos buscando hace un tiempo, que es la plena participación de Mar del Plata y la provincia de Buenos Aires en la construcción del festival y la producción”, refrendó Mazure.

Manteniendo el muy acertado criterio de las últimas ediciones, los invitados-estrella no están pensados en función del cholulismo festivalero, sino de la más estricta cinefilia. Como que se trata de Willem Dafoe, uno de los actores clave del cine de los ’80 para acá, el no menos grande Joe Dante (¡se podrá ver Gremlins junto a él, en la misma sala!) y ese icono del punkismo cinematográfico que es Alex Cox, el de Repo Man y Sid & Nancy. Todos ellos darán sendas clases magistrales, en el Hotel Provincial, y Dante y Cox serán objeto de sendos focos. Presentada en la conferencia de prensa por Martínez Suárez, la programación de Mar del Plata vuelve a proponer tres competencias oficiales, todas ellas con su respectiva premiación. La premiadísima Abrir puertas y ventanas, ópera prima de Milagros Mümenthaler, será una de las dos películas argentinas en Competencia Internacional, junto con Graba, de Sergio Mazza. Deberán confrontarse con lo nuevo de Alexander Sokurov y de Agnieszka Holland, entre otros.

Habrá otras dos representantes latinoamericanas en Competencia Internacional, incluida la mexicana El premio, cuya directora es la argentina Paula Markovitch. De la decena de competidoras de la Competencia Latinoamericana, dos son locales: la muy esperada El campo, de Hernán Belón, y Tiempos menos modernos, de Simón Franco. Otra decena compone la Competencia Argentina, que incluye Verdades verdaderas. La vida de Estela, biografía fílmica de Estela de Carlotto. La sección Autores hará honor a su nombre, presentando lo último de Lars Von Trier, Kim Ki-duk, Arturo Ripstein, Naomi Kawase, Bruno Dumont, Johnnie To, Philippe Garrel, Frederick Wiseman, Chantal Akerman y Nuri Bilge Ceylan. La película argentina más premiada del año (Las acacias) será objeto de una Noche Especial. Habrá una sección dedicada a lo más nuevo del cine polaco, otra permitirá apreciar la actualidad del cine griego post crisis financiera, y se les sumarán un panorama del cine latinoamericano, un homenaje al gran Luis García Berlanga (con una decena de copias flamantes) y focos dedicados a Raymundo Gleyzer y Rodolfo Kuhn.

La función inaugural quedará a cargo del film-ensayo ¡Vivan las antípodas!, que el ruso Victor Kossakovsky filmó, entre muchos otros destinos, en el litoral argentino. Adquiere particular resonancia la inclusión, en Competencia Internacional, de This Is Not a Film, que el iraní Jafar Panahi filmó en la clandestinidad: el gobierno de su país acaba de condenarlo no sólo a seis años de cárcel, sino a veinte de silenciamiento cinematográfico. Silenciamiento que Mar del Plata tendrá el honor de no respetar.