El Festival Internacional de Cine Judío en la Argentina (Ficja) ya es un clásico de las muestras cinematográficas de culturas diferentes a la local –pero con fuertes lazos en común– que permiten asegurar que, a través del cine, no sólo se puede dar cuenta de una identidad definida a lo largo de su historia sino también de aquello que se relaciona con otras identidades sociales y culturales. Pensado no exclusivamente para la comunidad judía sino también para espectadores deseosos de encontrarse con una filmografía que no llega a las salas comerciales, el Ficja ofrece cada año largometrajes que difícilmente podrían verse en la cartelera habitual de la ciudad de Buenos Aires. Desde hoy y hasta el miércoles 7 de diciembre se desarrollará la novena edición del Ficja que, con la misma dosis de esfuerzo y de voluntad que lo caracteriza, Luis Gutmann programa año a año. En este caso, la sede será el Cinemark Caballito (Av. La Plata 96), donde se exhibirán films provenientes de Israel, Marruecos, Estados Unidos, Francia, Alemania y la Argentina, además de un doble programa que incluye la película ganadora del Oscar 2011 al Mejor Documental (Strangers no more) y el film Un vuelo para nosotros.

Dirigido por Karen Goodman y Kirk Simon, Strangers... es un documental que aborda la historia y la cotidianidad de la Bialik-Rogozin, una escuela situada en pleno centro de Tel Aviv, donde todos los días acuden a estudiar un grupo de chicos de cuarenta y ocho países que buscan ganarle la batalla a la pobreza. Con información que ha permanecido oculta a lo largo de los años y con inédito material de archivo, la impactante Un vuelo..., de Haim Hecht, es un documento sobre la actitud tomada por Estados Unidos y Gran Bretaña respecto del exterminio de los judíos por parte de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. La única película argentina que se proyectará en el Ficja es Marruecos y el tango: la periodista Martha Wolff indaga en la popularidad del 2x4 en un país musulmán. Partiendo de la base de que el tango también ha sido influido por músicos y poetas judíos, este documental se propone reflejar qué significa para otras culturas. Otra película que transcurre en Marruecos es ¿Adónde vas, moshe?, de Hassan Ben Jalloun: se trata de una comedia, cuya historia sucede en la década del ’60, cuando Marruecos ya había logrado su independencia y se orientó hacia las costumbres musulmanas. Sin dramatismos, la trama gira en torno de la nueva ley que impide que se vendan bebidas alcohólicas. Y todo sucede en un bar donde hay personas que no son musulmanes. ¿Qué deben hacer sus dueños? Según alegan, mientras eso suceda, se puede vender alcohol y las autoridades no podrán clausurar el boliche.

Gracias a la contribución del Goethe Institut Buenos Aires, el Ficja presentará La noche de los justos, coproducción germano-francesa, dirigida por Ludi Boeken, que aborda la historia de aquellas personas que, sin ser judías, arriesgaron sus vidas para evitar que muchos judíos indefensos fueran entregados a los campos de concentración. La noche... está basada en una historia real, escrita por su protagonista, una mujer que comprendió tempranamente que la ayuda a los seres humanos trasciende la “frontera” de razas y religiones. Desde Estados Unidos, llegará 100 voces, un documental dirigido por Matthew Asner y Danny Gold, que relata la historia de la cultura judía en Polonia, haciendo hincapié en el aspecto musical que le ha permitido resurgir en ese país gracias a un grupo de cantantes.

Otro documental, en este caso israelí, es Amos Oz: la naturaleza de los sueños, de Masha Zur Glozman y Jonathan Zur. La dupla hace foco en la vida y obra de Amos Oz, uno de los más destacados escritores y periodistas de Israel –ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras–, que siempre se ha pronunciado por la coexistencia pacífica entre israelíes y palestinos. El film lo muestra caminando por las colinas de Jerusalén y por las calles de Tel Aviv, mientras reflexiona sobre lo que ha significado el sionismo en su vida. Coproducción estadounidense-israelí, El pequeño traidor, de Lynn Roth, está basada en la novela Una pantera en el sótano, de Amos Oz. La trama sucede en Palestina, en 1947, meses antes de que Israel se convirtiera en Estado. El protagonista es un niño que es sorprendido por un sargento cuando viola el toque de queda. Y, a partir de ese hecho, comienza una historia de profunda amistad.

El director israelí Amos Gitai es el mentor de Desconexión, ficción que arranca con la muerte de un prestigioso académico judío, quien deja en su testamento un pedido desconcertante para Ana (Juliette Binoche), su hija: ella debe regresar a Israel y reencontrarse con su hija adolescente, a quien casi no conoce. Todo sucederá en medio del proceso de desconexión implementado en su momento por Ariel Sharon. Escrita y dirigida por Ori Ravid, Eli y Ben trata sobre una relación afectuosa entre un hombre y su hijo. Pero todo cambiará cuando Eli tenga que enfrentarse a la posibilidad de que su padre cometa un acto inmoral. También de Israel podrá verse Historia de verano, escrita y dirigida por Shmuel Haimovich, que refleja la historia de un adolescente llamado Gal, durante los ’80, en plena Guerra del Sinaí. Gal es cartero en sus tiempos libres, cuando no estudia. En una de sus recorridas, conoce a Jaia, una joven de 19 años que les escribe cartas a los soldados. Entre ellos irá creciendo una fuerte amistad. Finalmente, se exhibirá Killing Kasztner, de Gaylen Ross, que retrata la historia de Rezso Kasztner, conocido como el “Schindler judío”, que negoció con Adolf Eichmann el rescate de 1700 judíos en un tren en Suiza. Sin embargo, cuando finalizó la guerra y emigró a Israel, fue acusado de traidor y colaboracionista por parte de un grupo de ultraderecha, y posteriormente asesinado por uno de sus miembros.