Sábado, 16 de marzo de 2013 | Hoy
TELEVISION › ENTREVISTA A JUAN PABLO VARSKY Y MATIAS MARTIN
Ambos comenzaron como periodistas deportivos, compartieron programa de radio y luego se volcaron a otros terrenos. Desde mañana volverán a trabajar juntos en Mucho más que fútbol, por DirecTV Sports, un programa en el que el uso de la tecnología será el valor agregado.
Por Emanuel Respighi
Hay jugadas del destino que la propia razón no puede entender. O sí. Juan Pablo Varsky y Matías Martin comparten mucho más que la pasión por el fútbol, y que allá lejos y hace tiempo los hizo desarrollar sendas carreras como periodistas deportivos. Cuentan las partidas de nacimiento que ambos nacieron el mismo día y el mismo año: el 27 de octubre de 1970. También sus historias señalan que los dos iniciaron sus caminos profesionales como periodistas deportivos y que, años más tarde, cada uno por su cuenta decidió ampliar sus horizontes profesionales. ¿El lugar? Otra vez la coincidencia: compartieron el aire de la Metro con programa propio (Basta de fútbol a cargo de Martin; Todo pasa en manos de Varsky), para luego fusionar ambos ciclos en Basta de todo, donde se repartieron la conducción hasta 2004. Amigos, compinches y admiradores uno del otro, referentes generacionales para muchos, Martin y Varsky vuelven a encontrarse diez años después en un proyecto conjunto que se estrena esta noche y que tiene a la pelota como lazo: Mucho más que fútbol es el ciclo que conducirán desde mañana, todos los domingos a las 22, por DirecTV Sports, el canal 610 o 1004 de la compañía de TV satelital. Separados al nacer y unidos por la vida.
La información dura dice que Mucho más que fútbol será un programa semanal de dos horas, en vivo, con todos los resúmenes del fútbol local y lo más destacado de las actuaciones de los argentinos en las principales ligas del mundo. Así contado, nada nuevo. La diferencia, sin embargo, será en el estilo, en el análisis y en la mirada que los conductores les imprimirán a esas imágenes que hoy están al alcance de la mano de cualquiera. “A los dos nos gusta el fútbol en su aspecto más esencial, que la competencia”, le señala Varsky a Página/12. “Nuestra intención será mostrar curiosidades y análisis sobre el juego deportivo en sí, una práctica que en el último tiempo fue reemplazada por la polémica”, se suma Martin, para redondear el concepto de un ciclo que también tendrá como aspecto diferente la utilización de pantallas táctiles y tecnología de última generación aplicada al fútbol.
“Aunque el día y el horario determinan el contenido, la idea es analizar no sólo la fecha del fútbol argentino sino el fin de semana futbolístico, intentando aprovechar mucho el HD y la tecnología como valor agregado al contenido”, cuenta Varsky, que hace más de una década que trabaja para DirecTV. “Así como hace veinte años el Telebeam fue un punto de inflexión para la transmisión futbolística, aun cuando no había competencia, en un contexto donde las imágenes están al alcance de todos, la diferencia trataremos de marcarla desde lo tecnológico. Por ejemplo, hoy el programa lo estoy haciendo desde mi iPad, a partir de una aplicación (Orad) que me bajaron los productores y me permite parar las jugadas, medir la distancia y la velocidad de un remate, dibujar en la pantalla... La tecnología hoy pasó a ser un componente fundamental, al punto de que entre una imagen cualquiera en HD del fútbol inglés y una en resolución estándar del fútbol argentino, vamos a priorizar la más bella estéticamente.” En ese terreno, Martin dice dejarle el juego a su compañero: “La naturalidad con la que Juan maneja la pantalla táctil y la usa para explicar una acción de juego es un plus que va a atraer, más allá de nuestra opinión y alguna entrevista que hagamos”.
–Ambos tienen trayectorias similares en los medios. Comenzaron como periodistas deportivos y luego se fueron corriendo hacia otros espacios. ¿Creen que es casualidad ese paralelismo en sus carreras?
Juan Pablo Varsky: –Podría decir que el hecho de que hayamos nacido el mismo día y el mismo año explicaría todo... A los dos nos gusta el deporte, pero la competencia, lo que sucede adentro de una cancha. No nos gusta la periferia, lo que rodea al fútbol, lo que se dice entre un partido y otro. Lo que sucede entre partidos, en general, nos aburre. Y tal vez eso haya hecho que buscáramos otros horizontes. Ojo: valoro el trabajo de aquellos que hacen un programa sin una imagen deportiva, pero como periodista eso me aburre mucho. El amor por el deporte nunca se va. En realidad, uno se cansa de la periferia, pero nunca de la competencia.
Matías Martin: –No bien empecé como periodista deportivo, sabía que en algún momento me iba a correr del fútbol. De igual manera, Juan Pablo tenía claro que se iba a inclinar por arenas políticas. Tiene que ver con las inquietudes de cada uno. Hacía tiempo que pensaba, de todas maneras, en volver al fútbol. Si bien en el programa de radio (Basta de todo) y la revista Un caño despuntaba el vicio, tenía ganas de hacer algo tranquilo relacionado con el fútbol. Y creo que esta vez el lugar, el contexto y la época son perfectos. En esas ganas me veía más trabajando en un espacio segmentado que haciéndolo en canales abiertos o en ciclos diarios, que proponen otra cosa.
–El desarrollo de la TV paga y las señales deportivas reformularon la manera de ejercer el periodismo deportivo televisivo, acercándolo a los protagonistas como nunca antes. Entre las muchas cosas que comparten, ustedes lograron hacer convivir la afinidad que tienen con varios deportistas con la crítica propia de la profesión.
M. M.: –La clave es el respeto con el que uno dice lo que piensa. Igual, a mí se me han ofendido muchas veces por algo que dije o critiqué. El jugador, y el ser humano en general, no se banca mucho la crítica. Soy de los que creen que con respeto uno siempre puede, y debe, decir lo que se piensa. En algunos casos, uno ve un exceso de amiguismo o de franela que en lo particular no me gusta. Cuando hay tanta cercanía con el futbolista, ese límite se torna difuso. Cuando hablo, no creo tener la verdad revelada sino que expreso simplemente una mirada, con la que se puede disentir. Y también hay casos en los que hay “mala leche”. Hay programas deportivos que parecen que su objetivo es pinchar a alguno para que digan algo pícaro sobre un protagonista, hacer que el otro responda y generar la polémica.
J. P. V.: –La percepción viene del propio protagonista, de saber de dónde viene la crítica. Aun con conceptos que puedan estar equivocados o no ser coincidentes, saben que lo que decimos es lo que pensamos, que no hay nada encubierto. Nosotros tenemos la ventaja porque tenemos el micrófono, pero el respeto uno se lo va ganando. Incluso en el disenso. La credibilidad se puede destruir en un minuto, pero construirla lleva tiempo. Una cosa es el complaciente y el alcahuete, y otra el que critica y elogia por lo deportivo. Yo no voy a criticar a un tipo por el simple hecho de que habló con el programa de la competencia, ni voy a hablar bien para que me dé una nota. Ni se me ocurriría, ni creo que le serviría al futbolista, ni a mí. Ese tipo de relaciones ficticias hacen mal periodismo.
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