9-Reyes y reina

de A. Desplechin. Con Emmanuelle Devos, M. Amalric y Catherine Deneuve.

2004, 150 min. 791/Gativideo.

Prueba concluyente de que cuando se lanza en plena libertad el cine todavía puede dejar boquiabierto a más de uno, Reyes y reina no obedece a ninguna lógica que no sea la propia. Dos relatos corren en paralelo: el de una chica viuda, con un hijo que no tiene padre y un padre en estado agónico, y el de su ex, músico bastante “tocado” y al borde del suicidio. Lo notable de Reyes y reina es el modo en que aborda sus historias y cada escena, con una libertad tal que el melodrama familiar, la comedia muda, lo teatral, el musical, las referencias míticas y hasta el cine de fantasmas pueden entrechocarse, dando por resultado algo que no se parece a nada y lleva por nombre Reyes y reina.

7-XXY

de Lucía Puenzo. Con Ricardo Darín, Inés Efron y Martín Piroyanski.

2007, 86 min. AVH.

Con gran sentido de la oportunidad se edita en video la película que acaba de ser elegida como candidata argentina al Oscar y los premios Goya. Basada en un relato de Sergio Bizzio, la ópera prima de Lucía Puenzo tiene por sujeto a una chica (o chico) intersexual. Esto es: una persona que cuenta con genitales masculinos y femeninos, y por lo tanto con un deseo doble. Una escena sexual clave, cuyo nivel de conmoción reconoce pocos antecedentes en el cine local, expresa, con la mayor crudeza, los inquietantes dilemas que plantea la cuestión. Ambigua, perturbadora y nada simplista, más allá de algún exceso metafórico y algún personaje (el del cirujano) pintado con escasa sutileza.

7-El caimán

de Nanni Moretti. Con Silvio Orlando, Margherita Buy y Jasmine Trinca.

2006, 112 min. Transeuropa.

Aunque esté lejos de la perfección, la película más reciente del gran Nanni Moretti es de una libertad tan infrecuente como sus ambiciones. En lugar de una película de denuncia sobre Berlusconi, una comedia sobre un productor impresentable... que quiere filmar una película de denuncia sobre Berlusconi. Ni siquiera quiere: no tiene más remedio que hacerlo, porque de tan quemado que está ya no le quedan opciones. En El caimán conviven una película política y una comedia tan loca como las de Moretti supieron serlo, antes de la normalización representada por La habitación del hijo. Esa coexistencia tan poco pacífica inviste a El caimán de una volatilidad inconfundiblemente morettiana.

6-El contrato

de Bruce Beresford. Con John Cusack, Morgan Freeman y Jamie Anderson.

2006, 96 min. Gativideo.

No será una película admirable, pero sí disfrutable. Dirigida por el australiano Bruce Beresford (el de Después de la emboscada, El precio de la felicidad y Conduciendo a Miss Daisy, entre otras), El contrato trabaja sobre el típico cruce entre la normalidad cotidiana y la excepcionalidad criminal. La primera, representada por un padre (John Cusack) y su hijo, que no pasan por el mejor momento de su relación, y la segunda por un grupo de expertos asesinos, a punto de cometer un magnicidio bajo la dirección de un ex militar (Morgan Freeman). Las sorpresas del guión y la tensión con que está narrada la hacen mil veces más interesante que cualquier superproducción de Hollywood.