Intentando parar un poco
Estoy muy cansado de tanto trabajo”, confiesa el actor, aunque a simple vista su cuerpo parece reflejar ese estado. “Es que mi cansancio no está en el trabajo. Mi cansancio está a la mañana cuando me tengo que levantar, está en mi cara, en mis ojeras, en las manifestaciones de mi cuerpo...”, detalla. ¿Cómo hace, entonces, para disfrutar de tanto trabajo? “Trabajar me produce un enorme placer. Haciendo las funciones, dirigiendo mi espectáculo y entrenando a la gente me hacen sentir vivo. Lo que pasa es que a veces estoy cansado y siento que necesito descanso. Por otro lado, cuando intento tomarme un descanso mi cabeza está siempre efervescente, pensando en el laburo... No es que no me guste el ocio, pero disfruto del trabajo”, admite, contradictorio.
–Hay mucha gente que necesita estar permanentemente con la cabeza puesta en algún proyecto, ¿es ése su caso?
–Te diría que es mi caso. No tengo mucho talento para el disfrute del ocio. No tengo el ejercicio del ocio. Yo creo que el ocio es un ejercicio, que requiere de ciertas cuestiones: no cualquiera se pone ocioso en cualquier momento. El ocio es un ejercicio del que estoy un poco desentrenado. Pero me va a venir bien un descanso. Hace tiempo que vengo trabajando mucho, entre el teatro y el cine.
–¿Viene postergando el descanso desde hace tiempo o recién ahora le surgió la necesidad física y mental de parar un poco?
–Sé que tengo que ponerme a descansar porque me siento cansado. Y eso al trabajo no le hace bien, porque mirar con cansancio el mundo no es bueno. No es que esté cansado del mundo, sino que mirar al mundo en ese estado no es justo para nadie. Porque disfrutar también es parte de lo humano.