CINE
Tres críticas de Homero en Página/12
- Sobre La otra mujer, de Woody Allen: “La maravilla mayor de La otra mujer es que Woody Allen muestre un gran desdén por los dogmas tradicionales del cine y de la crítica cinematográfica. Ante todo parecería insensato juntar en 82 minutos una docena de personajes, cargados de preocupaciones, engaños, culpas, protestas y arrepentimientos con una densidad que parece surgida de Dostoievski antes que de Bergman... Hay dos formas fáciles de librarse del talento dramático de Woody Allen. La más frívola es preferir sus comedias y desinteresarse por estos sondeos en el alma humana. La otra es resolver de antemano que esto no puede ser cine, porque tiene demasiadas palabras. Allen supera esas presunciones y seguramente se ríe de ellas tanto como se ríe de las convenciones de Hollywood y del mismo Oscar”.
- Sobre Búsqueda frenética, de Roman Polanski: “A favor de Polanski cabe anotar dos virtudes. Una es su claro dominio de las necesidades narrativas, desde los diálogos concisos hasta la eficiencia de la fotografía y montaje. Otra es la sabia concentración del relato en lo que el protagonista oye, ve, sabe o ignora. Ese enfoque riguroso, practicado por lo mejor del género policíaco (con un modelo en el Bogart de El halcón maltés) traslada los datos y las dudas desde la pantalla a la platea. Y es así como el inquieto espectador comparte las vivencias de Harrison Ford, que empiezan por algo similar a El proceso de Kafka (1914) y terminan por parecerse a las otras vivencias de Ford en Los cazadores del arca perdida, de Spielberg (1981)”.
- Sobre Educando a Arizona, de los hermanos Coen: “Los hermanos Joel y Ethan Coen tuvieron y tienen tanta vocación por el cine que se lanzaron con pocos años y sin mucho dinero a filmar en Súper Ocho, no tanto por decir algo sino por ensayar un lenguaje.... Hacer cine independiente fuera de Hollywood no es necesariamente una dificultad, pero imponerlo después es un triunfo... Toda esa invasión visual y sonora se debe, ante todo, a las facilidades de la técnica moderna, con cámaras pequeñas y ágiles, iluminación fácil, película más sensible, montaje simplificado. Nadie deberá creer que los Coen han inventado el cine, pero será justo identificarlos entre sus mejores usuarios”.