Oscar Martínez también escribió y dirigió Ella en mi cabeza y Días contados y explica que los vínculos afectivos constituyen su mayor interés a la hora de ejercer su oficio de dramaturgo. “No soy muy original en ese sentido porque las relaciones humanas prácticamente hegemonizan la literatura de todos los tiempos. Nunca me interesó el teatro de ideas o el teatro político, porque creo que hay medios más eficaces para transmitir esos contenidos. El teatro se ocupa del alma y del ser humano, por eso el amor en todas sus manifestaciones es el tema excluyente de la literatura universal”, comenta el artista. Martínez cita como ejemplo Un enemigo del pueblo, de Henrik Ibsen, donde el médico de una ciudad descubre que el balneario que sostiene económicamente al lugar está contaminado. Este hallazgo lo enfrenta a la mayoría de los habitantes, pero especialmente a su hermano, el intendente. “Esta obra habla del hombre contemporáneo y del naufragio del modelo capitalista, pero la vuelve conmovedora el hecho de que describa el fracaso de una familia, el conflicto de dos hermanos y la relación de un hombre con sus hijos. El relato es social pero el aspecto que realmente conmueve es el de los vínculos afectivos”, aseguró.