A la hora de analizar la relación del público argentino con el cine nacional, Fendrik no duda en señalar que “es problemática”. “Uno tiene la sensación de que, más allá de esas pocas miles de personas que van cada año al Bafici a ver prácticamente cualquier cosa que les pongan adelante, el resto del público argentino no se copa mucho con el cine nacional”, afirma el joven director, quien agrega que a la gente, en general, “le encanta ir a ver algo que ya conoce. Les encanta ir al cine a ver a Natalia Oreiro, Adrián Suar o a Pablo Echarri. La mayoría de la gente quiere ir a ver al cine lo mismo que ve en la tele. No quiere ir a ver otra cosa. No les interesa, no saben que existe otra posibilidad, en una enorme mayoría. Por supuesto que hay gente curiosa y ávida de la cultura, pero es un porcentaje mínimo. La mayoría quiere ver la misma basura que ve en la televisión sólo que más grande y usarlo como pretexto de salida un fin de semana”, grafica Fendrik. Para el realizador, las pocas excepciones a eso “es cuando aparece un actor que es más del cine que de la tele como Ricardo Darín y que tiene convocatoria propia en este medio y porque, por lo general, hizo películas bastante buenas, de buenos directores que tuvieron cada una por su propio peso bastante convocatoria, como XXY, las de Bielinsky y Campanella. Pero, en general, falta mucho todavía para que podamos reconquistar al público. Es un trabajo que hay que ir haciendo”, subraya el cineasta.