Miércoles, 19 de mayo de 2010 | Hoy
DISCOS › LAS CANCIONES DE SLASH
Por L. F.
Es bastante habitual por parte de la crítica –y buena parte del público también– pretender que un disco nuevo sea novedoso, original y creativo. Se reprochan la repetición, el acostumbramiento y la dejadez. Pero hay un puñado de artistas a los que, sin motivos racionales, se les reclama y elogia mantener cierta línea. Cuando se habla de grupos como AC/DC o Divididos, se habla de un estilo definido y, al fin y al cabo, se reconoce que las que mandan son las canciones.
Por eso es para festejar que Slash haya vuelto a lo que mejor sabe hacer, luego de algunas licencias artísticas que se tomó al colaborar con Paulina Rubio y Marta Sánchez. En su primer CD solista continúa tocando el mismo hard rock de pentatónicas, con yeites bluseros y aires country, similar al que concibió en los Guns y que adoptó como propio con Snakepit y Velvet Revolver.
El disco abre con “Ghost”, que tiene a Ian Astbury cantando sobre un pasado que no se puede cambiar. Sigue “Crucify the Dead”, con Ozzy Osbourne, quien sumó su conocida oscuridad para decir frases como “las decisiones pasadas te dejaron solo, y traicionaste a todos con tu codicia egoísta”. Cada cual sacará sus conclusiones. La primera sorpresa viene de la mano de Fergie, la cantante de Black Eyed Peas, quien pone la voz en los dos temas más gunners del álbum: “Beautiful Dangerous” y “Paradise City”, esta última junto a Cypress Hill. Chris Cornell luce su amplio registro en “Promise”, pero sin dudas los puntos más altos llegan con Lemmy, Iggy Pop y... ¡Kid Rock! El cantante de Motorhëad gruñe en “Dr. Alibi” y la Iguana recuerda sus tiempos Stooges en la rutera “We’re all gonna die”. Y en “I Hold On”, Rock demuestra un costado más sentimental, en una power ballad radiable.
Hay además algunos no tan conocidos por estas tierras, como Andrew Stockdale, de Wolfmother, quien canta “By the Sword”, primer corte del disco, y Myles Kennedy, quien además de ser el cantante de gira de la banda, presta su voz a medio camino entre el grunge y Steven Tyler en “Back from Cali” y “Starlight”. Dave Grohl y Duff McKagan cumplen, pero quizás parezcan desaprovechados en “Watch this”. El desliz viene de la mano de Adam Levine (Maroon 5) en “Gotten”, una balada empalagosa y olvidable.
Hacia el final, un seleccionado de amigos de Los Angeles –Alice Cooper, Nicole Scherzinger (Pussycat Dolls), Steven Adler (GNR) y Flea (Chili Peppers)– rockean sobre una chica de esas que van por el mal camino, en “Baby can’t drive”. Nada nuevo, pero amable y bien hecho. Y, a esta altura, que todavía haya canciones que hagan mover el piecito no es poco.
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