Varios escritores consultados por Página/12 se excusaron de opinar sobre los derechos de autor colectivos que la SADE comenzaría a recaudar en febrero próximo. Noé Jitrik, en cambio, aceptó el convite. “El proyecto tendría que presentarse porque si se trata de un privilegio de control sobre la producción artística debe pasar por el Congreso”, plantea. “La SADE no es la única institución de escritores, está también la SEA (Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina) –recuerda–. ¿Por qué ese monopolio que podría obtener la SADE?, ¿habría algún compromiso de orden político que desconocemos?” Más allá de las conjeturas, Jitrik subraya que dada la posición de la literatura en la televisión y en la radio, las contadas ocasiones en que se leen poemas o cuentos terminarían menguando más hasta desaparecer. “Me parece un proyecto delirante, aunque tendría que conocer detalles y argumentaciones que me convenzan de lo contrario. Por ejemplo, si Cristina Mucci entrevista a un escritor en su programa, ella puede pedirle que lea un fragmento, pero entonces el canal va a tener que pagarle a la SADE. Los problemas de la literatura no pasan por este tema; son de otra índole y tienen que ser discutidos en otro nivel”, advierte el escritor.