(H)umoris Dramatis se llama el grupo de teatro que comparten Carlos Portaluppi y Guillermo Ghio, junto con Marcelo Serré y Marcos Montes. Se formó en 1999 con el objetivo de “reconocer los límites conocidos, para ir más allá de ellos”. Tal como su nombre lo indica, la particularidad del grupo –muy elogiado por la crítica y el público en sus diferentes trabajos– radica en buscarle el humor a lo dramático, y viceversa. Empezaron con Fontanarrosa, y sobre textos del autor de No sé si he sido claro forjaron su impronta: “Lo primero que uno relaciona cuando se habla del Negro es el humor. Nosotros en cambio enfocamos el laburo en lo dramático de sus cuentos. Tratamos de morirnos de la risa de eso”, recuerda Portaluppi, que agrega: “Por el contrario, hay cosas que parecen de una oscuridad terrible pero tienen un espacio que permite respirar. Y vamos por ahí”.

Entre otras de sus producciones más recordadas se encuentran La señorita de Tacna (con Norma Aleandro en el Maipo), El miembro ausente, Los sueños realizados, El homosexual y Beckett Argentinien. “Lo del drama y el humor ya no es algo planeado. Es un mecanismo que tenemos incorporado y que ya nos sale solo”, completa Ghio.