Angel Mahler ha hecho la música de los musicales de Pepe Cibrián desde el estreno de Drácula, en 1991. “La música para teatro es maravillosa, es algo que volvería a elegir toda la vida. Es única, ayuda y describe y es muy climática”, sostiene en diálogo con Página/12.

–¿Qué opina de los espectáculos musicales que no son solamente cantados?

–Son búsquedas y las aplaudo, pero en lo personal no es el estilo que más me gusta. Siento que a veces es peligroso el tema de la actuación en los artistas que tienen que cantar. Es un delicado equilibrio, porque o son muy buenos cantando o muy buenos actuando y enganchar una cosa con la otras es difícil porque se nota cuál es el fuerte del intérprete. Por eso musicalizamos todo. Claro que hay textos que pueden llegar al público de otra manera si son hablados, pero la música tiene otro contenido, otra emoción.

–¿Pueden ser considerados “musicales” por igual esos espectáculos y los que hacen con Cibrián?

–Claro, porque más que esas variaciones lo que importa de una obra es el mensaje y cómo se trata y se logra un personaje. Más allá de la forma, hoy en día el musical es el espectáculo más completo y la gente lo elige por eso. Se está valorizando el rubro y se está tomando dimensión de lo difícil que es hacerlo. A medida que el público lo conoce, más lo elige y más lo celebra. En nuestro caso se acostumbró al estilo que impusimos, pero si hacemos una obra con texto también nos va a seguir porque lo que le importa es ver talento.