Durante la rueda de prensa, Will Arnett aseguró que en The Millers el trabajo era agotador, pero muy divertido. “Mentiría si dijera que siento que estoy trabajando mientras lo hago. Margo y Beau son dos tremendos actores. Me siento muy afortunado de poder trabajar con gente como ellos, porque son muy talentosos. Cada semana me vuelan la cabeza: le dan una energía maravillosa, divertida y auténtica a todo lo que hacen. Es una bendición, honestamente. Más que ir a trabajar, siento que voy a jugar, lo cual es fantástico para lo que hago, porque eso se traslada al producto final.”

Para Bridges, participar de una sitcom es un viejo anhelo, que sólo había concretado parcialmente en My Name is Earl. El actor explicó que no hay demasiado espacio para la improvisación en un programa como The Millers –grabado en el formato multicámara–, donde todos los diálogos deben ser claros para simplificar la edición. “Pero, por supuesto, todos cometemos errores”, admite. “Y como grabamos con público en el estudio, la gente se ríe más en esos momentos que en cualquier otro. Yo tuve que acostumbrarme a eso, porque al haber hecho tanto teatro me gusta estar perfecto cuando salgo frente al público. Pero tenemos sólo una semana de preparación para cada episodio, así que nunca me siento completamente listo, y usualmente cometo errores. Al principio me sentía frustrado, pero como vi que se reían, sentí que no debía tomármelo tan a la tremenda. Ahora me relajo más y me doy cuenta, gracias a gente como Will, que ha hecho muchos programas así, que es parte del proceso creativo. Y lo estoy disfrutando. El ritmo es muy intenso cuando se graba, pero no son tantas horas como en el cine. Y además lo hacemos en mi ciudad, lo cual es fantástico porque así puedo estar con mis nietos.”