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Takeshi Kitano no fue la única estrella que ayer se enfrentó a los paparazzi del Festival de Venecia. También estuvo Björk, que no sólo compuso la banda de sonido –recién editada en la Argentina– de Drawning Restraint 9, el nuevo trabajo de su marido, el artista multimedia Matthew Barney. Björk también tiene una presencia determinante delante de la cámara, aunque de características muy distintas de las de Bailarina en la oscuridad, su celebrada colaboración con el danés Lars von Trier. “Ahí compuse toda la música y las canciones en el proceso de escritura del guión. Acá, en cambio, hice el proceso inverso: con la película ya rodada, le fui poniendo música imagen por imagen”, distinguió. “Hacía mucho que queríamos hacer algo juntos con Matthew y ésta fue la oportunidad. Pero es su película. Si hay alguna influencia mía, no soy consciente de ello”, se apuró a aclarar. Mientras tanto, lejos de los flashes, en una de las terrazas del hotel Excelsior, más precisamente en el press lounge que mira hacia el sol del mar Adriático, una cara conocida llamó la atención de los pocos periodistas latinoamericanos presentes en Venecia: Cecilia Bolocco, que con un equipo de televisión se preparaba para grabar una entrevista para su programa en Chile.