Viviana Lysyj cuenta que tenía “urgencia” por publicar Animalia. “Me gustó tener en mis manos el proceso completo del libro, desde su escritura, su corrección, la elección del arte de tapa, del tipo de papel, de la tipografía, y sobre todo el manejo de los tiempos: terminar la etapa de corrección final y poder publicarlo un mes después me dio una sensación de alivio temporal y de contacto inmediato con el lector, en tiempos en que la cadena de intermediarios se está replanteando en toda la economía; en el caso del libro se puede establecer vías más directas con el público por Internet. Las editoriales cierran su año de publicación con mucha antelación y el autor a veces quiere publicar antes porque tiene otros proyectos en curso que también quiere dar a conocer. Además, yo quería ser la artífice de un proyecto literario, pero también militante contra la matanza animal”, explica la escritora y plantea que es necesario debatir sobre los derechos de autor. El autor gana un 10 por ciento del precio del libro –10 pesos, si el libro se vende a 100 pesos en librerías–, el 40 por ciento se lo queda el librero, el 20 por ciento el distribuidor y el 30 por ciento el editor. “Me parece que la autoedición, la autogestión en general, tiene que ver con la discusión de la política actual, discusiones que dio el kirchnerismo en estos años: ¿qué pasa con los intermediarios? Me encantaría que saltara el tema de los derechos de autor, que es el que menos gana. ¿Cómo puede ser que nos quedemos sólo con el 10 por ciento del valor de tapa? Y que para las ediciones de bolsillo el derecho de autor es del 5 por ciento. ¿Por qué nadie habla de esto?”