La fiesta de todos, el documental de 1979 que Renán hizo sobre el Mundial de 1978, en plena dictadura, siempre fue un problema para él. En el libro de conversaciones que sostuvo con el periodista Claudio Min- ghetti, publicado en 2008 por Capital Intelectual, dice que después de Crecer de golpe fue prohibido y que, en ese contexto, recibió la visita del empresario Francisco Capozzolo, que quería hacer una película sobre el Mundial. “Consulté si el proyecto tenía alguna relación con el gobierno y me explicó: ‘No, lo que yo quiero es que se haga la película’. (...) Y cuando me hizo su oferta económica, sentí la mezquina tentación que significaba un trabajo tan escaso, maravillosamente remunerado.” Y en una entrevista concedida a la periodista Leila Guerriero, Renán abundó: “No debí hacerla y eso es algo que nunca terminaré de perdonarme. No debí hacer la película que fue. Digo ‘la película que fue’ porque hay gente que dice que ensalza al gobierno militar, cosa que no es. Pero aun lo que fue, una película de gente gritando goles, no debí hacerla. Sucede que todos mis reparos eran de tipo artístico y no de tipo ideológico, porque tenía claro que era un homenaje a Kempes y Fillol. Pero sé que hay gente para la que soy sólo el director de La fiesta de todos. Eso tiene un peso específico mayor que todo lo que pude haber hecho antes y después, incluyendo los tres años de Teatro Abierto. Alguien podría preguntarse por qué me invitaron a hacerlo. Porque no me consideraban un reaccionario. Tenía una historia y después tuve otra. Como si eso hubiera anulado todo. Todavía estoy pagando el pato. Pero bueno, está bien. Yo la hice”.