La estrategia colectiva de las pequeñas editoriales viene ganando la partida: compartir un mismo stand entre varios para poder estar en el predio de La Rural y lograr llegar a más lectores. Para el imaginario de la masividad cultural o del acontecimiento más o menos multitudinario, serían como el lado B de la Feria del Libro. En el pabellón amarillo está el stand de Los Siete Logos. Como su nombre lo anticipa, reúne en un mismo espacio el catálogo editorial de Adriana Hidalgo, Eterna Cadencia, Entropía, Katz, Beatriz Viterbo, Mardulce y Caja Negra. En el mismo pabellón hay “reunión abierta al azar de encuentros y desencuentros” protagonizada por sellos de Buenos Aires, Rosario, Madrid, Mar del Plata y Santiago, en el stand “Todo libro es político”. Despliegan sus propuestas editoriales Milena Caserola, Cactus, Dedalus, Editorial Municipal de Rosario, Letra Sudaca, El 8vo loco, Tinta Limón Ediciones, Pólvora, La Cebra, Lom, Futuro Anterior, Virus, Tren en movimiento y Traficante de sueños. Otro de los stands colectivos es Sólidos platónicos, encabezado por Ediciones Godot, Fiordo, Letranómada, Aquilina, Gourmet Musical, Criatura, Libraria y Wolkowicz. El nombre tiene una explicación: “Platón asociaba cada uno de los cuatro elementos que forman el universo a una figura conformada por caras regulares y relacionó a aquella hecha de ocho triángulos con el aire. En honor a quien estudió estas formas, ese octaedro es uno de los llamados sólidos platónicos”, suele resumir la historia del nombre Víctor Malumián de Ediciones Godot.