“No estamos haciendo nada que no se haya hecho en otros lados. Hay festivales como el de Bregenz que se realiza al aire libre y, salvo en esos anfiteatros italianos con una acústica maravillosa, como el de la Arena de Verona, obviamente se recurre a la amplificación”, explica a Página/12 Marcelo Lombardero, director artístico del Teatro Colón. “El desafío es tratar de lograr que esa amplificación sea lo más natural posible. La idea es lograr algo lo más unplugged posible. Recrear, en condiciones no normales, el sonido tal como se escucha en condiciones normales. En este caso, el equipo técnico es tan importante como el director de orquesta. El director de sonido debe leer música; debe conocer la orquesta. Aquí no hay demasiada experiencia con estas cosas así que trajimos a Gabriel Anechina, un argentino que hace tiempo está radicado afuera y que es, entre otras cosas, el productor discográfico del cantante José Cura.” Anechina es, también, el productor del nuevo sello discográfico del Colón, que acaba de publicar, en una cuidadosísima remasterización, una de sus Turandot famosas: la cantada por Birgit Nilsson y Montserrat Caballé en 1965. “Es una oportunidad para sacar al teatro de su sala habitual, ahora que entramos en la última etapa de las reformas para su puesta en valor en 2008, y es un título adecuado para una producción a gran escala: una gran ópera, un espectáculo grandioso, con grandes movimientos de masas. Queremos, por supuesto, que esto sirva para acercar a un público que no se anima a venir al Teatro Colón. Querríamos que el teatro fuera tomado como algo mucho más natural. Hay muchos mitos alrededor del Colón. Hay gente que se pregunta si lo puede pagar, cómo tiene que vestirse para venir, si hay que pertenecer a alguna logia en especial. Y es que, en efecto, el Colón fue expulsivo durante demasiado tiempo. El otro mito que hay que romper es que hay poco público. Hacer ocho funciones en el Luna Park es, desde ya, un desafío. Pero hay datos, como las más de 20 mil personas que vieron Boris Godunov –y no estoy hablando de una de las óperas más populares del repertorio– que indican que hay un público ávido e interesado. Por otra parte, es casi una prueba piloto, para comprobar el nivel de eficacia de nuestros equipos trabajando fuera el teatro. Nuestra próxima temporada empieza en marzo y funcionará en diferentes salas: la ópera en el Coliseo, el ciclo de abono de la Filarmónica de Buenos Aires en el Gran Rex, más alguna función extraordinaria en el San Martín, el Ballet Estable en el Alvear y también en un megaespectáculo en el Luna Park.”