El 1 de julio, Montoneros copó la población de La Calera, cercana a la ciudad de Córdoba. En el suceso tuvo un importante protagonismo la gente del grupo de Elvio. El ex cura quedó a cargo de la “contención”, con la responsabilidad de cubrir los caminos de acceso en prevención de que llegara la policía o tropas de la cercana sede del Tercer Cuerpo de Ejército. El operativo se desarrolló sin inconvenientes, pero en la retirada se produjeron una serie de detenciones que pusieron al descubierto gran parte de la infraestructura de Montoneros. Como consecuencia, Elvio y decenas de militantes debieron pasar a la clandestinidad.

Los guerrilleros cordobeses huyeron a Santa Fe. Allí existía un grupo político-militar bastante organizado con el cual tenían un estrecho vínculo desde hacía varios años y que les dio protección. De esa manera, los santafesinos también iniciaron un proceso de integración a Montoneros. Durante un par de semanas, Elvio realizó varios viajes a Córdoba, para seguir rescatando gente. Hacia septiembre de 1970 la situación en la ciudad mediterránea estaba bastante más tranquila. El ex cura comenzó a trasladarse allí periódicamente, ahora para intentar tomar contacto con lo que quedaba de la vieja estructura política. Finalmente, Elvio y su mujer regresaron a Córdoba y se radicaron allí clandestinamente. Desde entonces, el ex cura formó parte de la conducción regional de Montoneros y estuvo a cargo de una Unidad Básica de Combate (UBC).

* Fragmento del capítulo “El cura guerrillero”, en Cristo revolucionario (Vergara).