Mirta Busnelli fue una chica Rejtman en Rapado y Silvia Prieto; actuó a las órdenes de Alejandro Agresti en Buenos Aires Viceversa y El acto en cuestión; también en Dolores de Casada, de Juan Manuel Jiménez, en El mundo contra mí, de Beda Docampo Feijóo y en un clásico de los ’80 como Las puertitas del señor López, de Alberto Fischerman. En teatro se lució en Nunca estuviste tan adorable, de Javier Daulte, dentro del ciclo de Biodramas ideado por la directora Vivi Tellas, en La modestia (de Rafael Spregelburd) y actualmente en Los padres terribles, de Alejandra Ciurlanti (junto a Noemí Frenkel, Nahuel Pérez Biscayart, Luis Machín y María Alche). Desde la zarpada de Matrimonios y algo más de Hugo Moser a la líder de secta de Tumberos y la madama de Disputas de Adrián Caetano hay un amplio abanico en el que consigue ensamblar una doble cualidad que no es frecuente en otras actrices de su generación: el humor y el drama, la tragedia, el policial, como se verá en 2008 en su intervención en Mujeres asesinas, junto a Bárbara Lombardo como su hija discapacitada.