–En Rescate impresiona mucho la importancia de las miradas en sus personajes, sobre todo las del sargento Averio y el canciller Elizalde.

–En mi trabajo tienen mucha influencia Rembrandt y Goya. Que en sus cuadros, con la mirada estaban mostrando el fondo de su alma. No importaba la técnica; había algo que sostenía todo eso, pero había un misterio en la mirada de esos personajes...

–¿Cómo llevó eso a la historieta?

–El que me dio la oportunidad de hacerlo fue el propio Oesterheld con El Eternauta. Cuando me propuso trabajar en el suplemento semanal de Hora Cero me preguntó primero qué quería hacer, qué temas quería tratar. Le contesté que prefería ciencia ficción, pero más realista.

–¿Lo de Operación Masacre cómo surgió?

–Fue una idea de Andrés Cascioli, de hacer algo con fragmentos de la historia argentina vista por escritores argentinos. Se iba a llamar “Argentina en pedazos”. Y me encargaron esto, mandándome los guiones por correo a Brasil, y Cabecita Negra, que sí me lo publicaron. El tomo se completaba con trabajos de otros cinco o seis dibujantes de la revista Fierro, Enrique Breccia y otros. Pero esto quedó afuera. Me dijeron que me iban a conseguir un ejemplar, que todavía no lo tengo.