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Buena parte del nivel de público que este año cosechó Telefé provino de un nicho extraño: la programación vespertina, compuesta por el segmento de telenovelas Amor en custodia, Pasión de gavilanes, Señora del destino y la ya finalizada El color del pecado. “Este año pudimos desmitificar la idea de que el 80 por ciento de la publicidad se concentra en el prime time. En Telefé, al menos, los ingresos publicitarios provienen en un 60 por ciento del prime time, mientras que el otro 40 proviene en su mayoría de la tarde. Generamos un prime time en la primera tarde”, destaca. Aunque reconoce que en el resto de los canales los ingresos económicos por venta publicitaria pueden variar, el director de Telefé cree que entender la TV como “un módulo compacto de 12 horas” es beneficioso en todo sentido. “Te permite tener una programación coherent, que fideliza audiencia y disminuye el nivel de riesgo económico: los ingresos publicitarios están mejor repartidos. La pantalla de Telefé tiene un rating promedio de 16 puntos en todas las franjas horarias. La gente no va a Telefé a buscar un programa aislado y listo.”
–¿Es real que Telefé lidera la audiencia pero que, comercialmente, no le va bien? Se dice que tiene un presupuesto mayor a sus ingresos...
–La pantalla de Telefé es rentable; si no lo fuera, no estaría dando esta nota... Telefé tiene una facturación del 45 por ciento del mercado publicitario argentino. Si gasto más dinero del que ingresa, me echan. Telefé es una empresa privada, con accionistas que quieren rentabilidad. Tal vez eso pasaba en la época de oro, donde se gastaba discrecionalmente. Nosotros logramos hacer un canal rentable y primero en audiencia. Eso es muy difícil, porque siempre hay que estar invirtiendo para mantenerse primero. Telefé invierte a partir de la ganancia publicitaria. No tenemos financiamiento externo ni pedimos créditos: el canal se financia con ingresos genuinos de la publicidad. Telefé es el canal que más factura y el que más gana del país.