Un día como hoy se puede ver un video de Maya Plisetskaya bailando en los estudios de Canal 7 como parte de los eventos que inauguraron el Mundial del 78, o escuchar a Los Parchís en vivo en el Estadio Obras en 1981. Como si se tratara de un diario del pasado, con sus secciones de política nacional e internacional, sociales, y suplemento de espectáculos incluido, Archivo Prisma pone documentos como esos al alcance de cualquiera que, por curiosidad o por trabajo, desee comprobar que la historia también tuvo una vida cotidiana pautada en buena medida por los medios. En este caso por la radio y la televisión estatales (RTA), de cuyas emisiones fueron quedando desde su creación en 1937 y 1951 respectivamente una multitud de registros en distintos soportes (discos de pasta, fílmico, distintos formatos de video) que con la mudanza del viejo Canal 7 al edificio que luego ocuparía ATC, en Figueroa Alcorta y Tagle, se vieron diezmados. Esa no fue la única oportunidad en que se perdieron registros pero fue la más masiva, y la omisión del gobierno de la última dictadura de hacerse cargo de ese pasado también es parte de la historia: ¿de qué servía preservar esos materiales si de lo que se trataba era de hacerle lugar a una patria nueva, limpia?

Pero como cuenta Julia Rosemberg, historiadora por la UBA y responsable de contenidos en el Archivo Histórico de RTA, fueron muchxs los que durante las últimas tres décadas trabajaron a contrapelo del olvido, generando las condiciones para que hoy pueda existir este archivo. “Los primeros mojones los colocaron los propios trabajadores del canal y de la radio que cuidaron y resguardaron el material ante los distintos embates que buscaban dañarlo, ocultarlo o venderlo”, explica Julia. “Es gracias a esto que hoy podemos contar con un archivo. Luego, en los primeros 2000 comenzó a digitalizarse material, pero siempre atado a las necesidades del aire. A partir de la gestión de Tristán Bauer y la compra en el 2009 del transfer que digitaliza fílmico se dio nuevo impulso al orden y resguardo de nuestro archivo. Es también durante esta gestión que se acondicionaron bodegas de almacenamiento, con temperatura y humedad adecuadas, para los soportes originales”.

Un decreto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner del 9 de abril del 2013 creó el Archivo Histórico de RTA, haciendo énfasis en la democratización del acceso a estos materiales, y hoy son muchxs, incluidxs historiadores/as, artistas y técnicxs, los que trabajan en él. Allí se restaura el material en caso de ser necesario, se lo pasa por el transfer y se genera una copia digital que luego es investigada por los catalogadores para relevar datos básicos que permitan situarla en el tiempo y el espacio, así como identificar de ser posible a quienes intervienen en ella. Es que al momento de decidir cómo se organizaría el costado público del proyecto, se trató de sumarle a la función archivística una función comunicacional, plasmada en el sitio archivoprisma.com.ar. “En este sentido”, agrega Julia Rosemberg, “nuestra apuesta con Prisma es que no se vean los videos de manera fragmentada y aislada desde Youtube, sino que se entre a la página, se vea el destacado, las distintas secciones, las descripciones de los programas que proponemos. Es decir, en contra de la idea de que en internet todo es caos y fragmentos inconexos, apostamos a que la página funcione como un marco de lectura de esos archivos. Sin recargar los textos con adjetivaciones u opiniones, porque creemos que la gran politicidad de este proyecto no es otorgarles una lectura a los archivos sino mostrarlos, hacerlos visibles. Hasta ahora al Estado argentino no le había interesado o no había podido hacerse cargo de su propio pasado. Ahora, abrimos una ventana que permite hacer ese ejercicio”.