Sábado, 28 de noviembre de 2015 | Hoy
ACTIVISMOS
El 25 de noviembre está marcado en la agenda feminista desde que en 1960 las tres hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa, fueron asesinadas en la República Dominicana. En honor a esa resistencia es que existe el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Y en honor a esa resistencia y con la memoria fresca de la concentración del último 3 de junio, casi treinta mil personas, en su inmensa mayoría mujeres, lesbianas y trans, salieron a la calle llenando de sentido la consigna NiUnaMenos, que a lo largo del año siguió trabajándose y pensándose en organizaciones políticas, sindicales, sociales, entre estudiantes o talleristas; en los barrios y las ferias. Toda esa diversidad es la que atravesó la Avenida de Mayo para mostrar un movimiento feminista que crece y busca sus propios modos de organización.
Por Roxana Sandá
Hacía tiempo que un 25 de noviembre no encontraba miles de abrazos enlazados en un ritual colectivo, que ya venía celebrado en todas las plazas donde el AmorSiMacriNo era un conjuro de mil gargantas poderosas, unidas para prodigarse cuidados y pelear por tantos derechos logrados en estos 12 años. Mucho de todo esto corrió por el adn este 25, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, hermanado por primera vez con la consigna NiUnaMenos, a poco más de cinco meses de la histórica convocatoria que movilizó a un país. “Y sin embargo nos preocupa que los femicidios no disminuyan y que una mujer sea asesinada cada 30 horas”, lamenta Fabiana Túñez, directora de La Casa del Encuentro, que desde hace ocho años publica el informe de investigación Femicidios en Argentina y que esta semana reveló, en su última edición, que del 1º de enero al 31 de diciembre de 2014 se registraron 277 femicidios y femicidios vinculados de mujeres y niñas, mientras que desde 2008 hasta el año pasado ocurrieron 1.808 femicidios. En ese período, 2196 hijxs perdieron a sus madres. Este miércoles, apenas tres días después de un resultado electoral con altísimas probabilidades de obstaculizar a largo plazo derechos a mujeres y niñas, militantes, performers, colectivas antipatriarcales, lesbianas, travestis, niñxs con guardapolvos tomaron la calle frente al Congreso nacional para continuar la oleada hacia la Avenida de Mayo, “porque esto recién comienza, y los reclamos se hacen carne en el espacio público cuando la violencia nos sigue golpeando a todas”, dijo María Inés Balatti, psicóloga social en talleres de violencias.
La previa al encuentro que volvió a movilizar una multitud (aunque al cierre de esta edición algunos medios intentaban tapar el sol con las manos intentando desinflar su relevancia) obsequió una catarata de cifras y estadísticas que siguen poniendo de manifiesto la violencia ostensiva sobre mujeres y niñas. A los números versión 2014 recopilados por La Casa del Encuentro en agencias informativas, diarios de distribución nacional y/o provincial y con el seguimiento de cada caso en los medios, se agregó un Informe parcial de Investigación de Femicidios que abarca del 1° de enero al 31 de octubre de 2015, cuando se cometieron 233 femicidios y femicidios vinculados de mujeres y niñas. En el 76 % de los casos, las víctimas tenían un vínculo conocido con el femicida. El 60 % de las víctimas tenían entre 19 y 50 años. Buenos Aires es la provincia que registra más femicidios (91), seguida por Santa Fe (16), Córdoba (15) y Salta (14). La Ciudad de Buenos Aires ocupa el sexto lugar (13). En más de la mitad de los casos, las víctimas fueron asesinadas en su hogar: 59 % en su vivienda y 54 % en la vivienda compartida con el femicida. Uno de cada 4 femicidios fue cometido con armas de fuego. En ese período, 252 hijxs quedaron sin madre por femicidio.
La Oficina de la Mujer (OM) de la Corte Suprema también aportó lo suyo con el primer Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, que consigna “datos relevados entre julio y noviembre de 2015 que se corresponden a los femicidios ocurridos durante 2014”. La elaboración del Registro fue encomendada por la vicepresidenta del máximo Tribunal, Elena Highton de Nolasco, a la OM, con la colaboración de todas las jurisdicciones del país. Y la iniciativa surgió el 4 de junio último, el día posterior a la convocatoria del NiUnaMenos, que reclamaba entre sus puntos la elaboración de un registro único de femicidios en todo el país. Las ahora estadísticas oficiales datan que en 2014, unas 225 mujeres fueron asesinadas por su condición de mujeres. Los imputados fueron 228, porque en algunos crímenes hubo más de un responsable. Al 75 por ciento las mató un allegado. El 42 % del total de las víctimas tenía entre 21 y 40 años, pero también fueron víctimas de femicidios niñas y adolescentes, 7 eran menores de 10 años; 5 tenían entre 11 y 15, y 8, entre 16 y 20. Unas 144 niñas y niños son víctimas colaterales tras la muerte de sus madres, aunque no pudo precisarse la cifra porque no se registró la cantidad de hijxs de 130 mujeres asesinadas.
Provincia de Buenos Aires es la jurisdicción donde se concentra el mayor número de mujeres víctimas de femicidio (92 casos), mientras que la provincia menos peligrosa en razón de género es San Juan, con 1 víctima cada 369.490 mujeres (la tasa es del 0,27). En la Ciudad de Buenos Aires, las víctimas fueron 14 (1 cada 116.194 mujeres). El 49 por ciento de los crímenes fue perpretado por varones de entre 19 y 40 años (el 20 por ciento tenía entre 41 y 60 años). Sólo el 7 % de los femicidios fueron cometidos por desconocidos. “El máximo peligro lo representan las personas con quienes se mantiene o ha mantenido un vínculo sentimental (parejas, ex parejas, novios, maridos, convivientes). De este círculo íntimo proviene el 57 por ciento de los femicidios, que sumado a familiares y conocidos indica que al 75 por ciento de las mujeres las mató algún allegado”, describe el informe. “Como consecuencia de las 225 muertes de mujeres, al menos 144 niñas, niños y adolescentes se quedaron sin madre. No se ha podido precisar la cantidad de hijas e hijos de 130 mujeres asesinadas”. Se calcula que unos 30 femicidios fueron precedidos por alertas de las víctimas, ya que pudo corroborarse “la existencia de denuncias previas por violencia de género respecto del mismo imputado”.
Túñez reclama “que se resuelva este problema integral, transversal y federal, que se definan las políticas públicas necesarias porque no es lo mismo ser víctima en las capitales que en el interior, que se reglamente el Plan nacional para erradicar la violencia de género y sea incorporado al presupuesto, y que la violencia de género sea considerada como cuestión de derechos humanos”. Dibuja en tiza blanca siluetas en el piso junto con otra mujeres: los trazos forman hileras de las que ya no están, pero no importa, sus nombres pronunciados a voz en cuello sobre la avenida Entre Ríos las revive entre otrxs que están para pelear por sus memorias, y que hicieron de estas últimas semanas una construcción apasionada de las luchas que están por venir.
Micaela Scaffatti lo siente: la zona de Congreso es un laboratorio de emergencias donde Serigrafistas Queer interviene contra las violencias, el acoso callejero, aborto, derechos humanos. Este 25-N y AmorSiMacriNo, esa acción urgente de la que fue una de sus gestoras, la puso en un sitio que define “como experiencia del presente; activamos con juventudes y desde que sucedió AmorSiMacriNo todo se está potenciando. Hay nuevas prácticas que se van activando en las calles”. La presencia de Mauricio Macri potenció esa construcción, “y percibo una conexión colectiva de activar, es la manera que tenemos de sobrevivir y luchar y defender todo lo que se construyó. Mientras tanto, vamos ayudándonos para saber cómo es el nuevo activismo y cómo militar pero cuidándonos también, sin olvidarnos de nuestros cuerpos”.
Estela Díaz, de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, acuerda en que el piso de participación es alto y es bueno para posicionarse frente a un nuevo gobierno que sobreviene en las antípodas del movimientos populares. “Van a intentar que retrocedamos en las políticas de género, a través de fuertes alianzas con la derecha y las iglesias católica y evangélica, pero no tienen el poder absoluto y el movimiento de mujeres es muy sólido. Van a tener que negociar acuerdos.” Las batallas, coinciden Jenny Durán y Ana María Suppa, referentes del Movimiento Evita, “deberán librarse para proteger derechos conquistados que nos fueron empoderando”. Durán advierte sobre la urgencia de democratizar la Justicia para despojarla “de un poder patriarcal arraigado, pero también de luchar contra la desfinanciación de políticas que puedan llevarnos nuevamente a la feminizaciòn de la pobreza”.
Casi 30.000 personas desdibujaron la avenida Rivadavia, como sucedió el 3 de junio, cuando el NiUnaMenos motorizó una fuerza inacabable, que nunca deja de motorizarse. Integrante del colectivo NUM, la periodista Vanina Escales habla de atravesar ideologías interviniendo las calles en reclamo de políticas efectivas. “Del último Encuentro Nacional de Mujeres salió la propuesta de volver a la calle este 25 y como sucedió con la movilización del 3 de junio, nosotras venimos motorizando replicar el encuentro del primer NiUnaMenos. Que la aspiración de esta consigna se cargue de sentido en múltiples territorios, por eso esta marcha también fue masiva”, asegura, y eso es lo que se pretende reforzar: “Que podamos confluir en una red de protección que nos cambie la vida a nosotras. Desde el origen del NiUnaMenos, siempre dijimos que lo más importante es lo que pasa en la calle”.
Catamarca, Caleta Olivia, La Pampa, Bahía Blanca, Córdoba y Santa Fe fueron algunas de las provincias que tendieron los mismos lazos colectivos. Majo Gerez, secretaria de Género de CTA Rosario y referente del Colectivo Feminista Mala Junta- Patria Grande, festeja aun en la adversidad, “porque asistimos a un crecimiento de la visibilización y politización de la violencia machista contra las mujeres e identidades de género disidentes”. Pero reconoce notorias y preocupantes las reacciones patriarcales que se resisten a la democratización de las relaciones de género y la creciente autonomía de las mujeres. “Por eso la ocupación de las calles de Rosario el 25-N, para manifestar contra los femicidios cotidianos, los travesticidios, la inédita represión al Encuentro Nacional de Mujeres. Esta semana concretamos una nueva movilización masiva de carácter nacional, luego del triunfo de la peor de las derechas, que ha puesto como Presidente a Mauricio Macri. Y si bien entendemos que eso nos coloca como movimiento de mujeres, feministas y de diversidad frente a la posibilidad de un retroceso grave, también sabemos cómo generar resistencia y seguir conquistando derechos.” Los pañuelos verdes por la legalización del aborto seguro y gratuito ondeando en un sendero que este miércoles pareció infinito, crece en comunidad entre las más jóvenes y las veteranas, las que impactan con un cuerpo masivo y diverso en la vida cotidiana, levantando banderas en el contexto más adverso posible porque, como concluye Gerez, “nadie nos regaló nada: tendremos que organizarnos más para luchar en otro contexto, porque vivas nos queremos, y seguras de que somos dueñas de un poder de organización dispuesto a marcarles la cancha a las políticas machistas y conservadoras de Cambiemos. Por eso este 25, juntas y en las calles”.
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