La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia sanitaria mundial ante la epidemia del virus zika. Pero la enfermedad causada por un mosquito aguijona particularmente los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Una de las recomendaciones es que las mujeres de los países más afectados –como Brasil– directamente pospongan sus embarazos hasta el 2018. La razón es que (aunque no está comprobado científicamente) el zika podría causar microcefalia en los fetos. Por esta razón, muchas organizaciones piden que no se estigmatice a las mujeres, sino que se amplíe el reparto de anticonceptivos y el acceso al aborto legal.

Mar Lucas Gómez, Directora de Programas en Fundación Huésped subraya: “Estas medidas apuntan a centrar la prevención únicamente en las conductas individuales. En este caso, en poner la responsabilidad exclusivamente en las mujeres, además de desconocer los derechos reproductivos. Por otro lado, no se proponen planes de salud sexual y reproductiva para mejorar el acceso a los métodos anticonceptivos ni está garantizado el acceso a la interrupción del embarazo de manera segura siendo los abortos clandestinos la principal causa de muerte materna en nuestros países. Además, no se aborda la cuestión de cómo resolver el caso de las mujeres que ya están embarazadas y conocen el diagnóstico de microcefalia para su bebé. ¿Entra en las causas de aborto no punible? ¿Se plantea una excepción a las legislaciones tristemente restrictivas de nuestros países en cuanto a la decisión de la mujer de disponer de su propio cuerpo en estos casos? Las políticas públicas que no disminuyen las inequidades. Por eso, poner la responsabilidad del control de una potencial epidemia en la conducta individual, en lugar de proponer políticas públicas que garanticen los derechos sexuales y reproductivos, es distraer el foco de atención”.