Viernes, 27 de mayo de 2016 | Hoy
NIUNAMENOS
A un año de la primera movilización multitudinaria se vuelve a convocar una marcha para el 3 de junio, a las 17, en Plaza Congreso. La consigna es VivasNosQueremos. Los familiares de Lola Chomnalez, Wanda Taddei, Daiana García y Diana Sacayán demandan justicia para todos los femicidios y travesticidios y para detener la violencia machista. Las jóvenes dicen que ya no las callan y las víctimas de violaciones y abuso sexual, madres, hermanas, padres piden que se salga a la calle para que el reclamo de proteger a quienes se animan a denunciar no quede ni en el olvido ni en el silencio. La única forma de resguardar a quienes se enfrentan a la violencia es con más políticas públicas y perspectiva de género en la Justicia. Por eso más que nunca este año se vuelve a exigir NiUnaMenos.
Por Flor Monfort, Luciana Peker y Roxana Sandá
Hacedoras de poder
Margarita Meira
Referente de Madres de Víctimas de la Trata. Su hija fue asesinada a los 18 años por un hombre que la entregó a un prostíbulo bajo amenazas.
“Llevo en mi pecho un pin con la foto de mi hija, Graciela Susana, desaparecida y asesinada a los 18 años en una red de trata para explotación sexual, un delito que debería ser considerado de lesa humanidad. En esta segunda movilización deberíamos reclamar la falta de abogadxs en la Argentina que trabajen para encontrar a las pibas que siguen desapareciendo, ni prevenciones para que no sean objetos desechables producto de delitos graves. No queremos refugios para víctimas de violencias, queremos hogares dignos y trabajo genuino. El viernes próximo nos tiene que encontrar unidas contra los delincuentes, los violentos y la versión más extrema de esas manifestaciones, los femicidas. Las expectativas están en nuestras manos para ser las hacedoras de un nuevo poder”.
Amenazas también son violencia
Fernanda Chacón
Su ex pareja, Daniel Alberto Castro, está preso desde 2014 y ya condenado por ocho delitos en su contra (lesiones leves, amenazas coactivas, amenazas y desobediencia). En 2015 comenzó a llamarla desde el penal y a amenazarla a ella y a su hija en común y le dieron el beneficio de un juicio abreviado por más que seguía amedrentando a Fernanda. Las causas están abiertas, ya está procesado por esas causas pero a ella le niegan el patrocinio gratuito porque el suyo “no es un triple crimen”, como le dijeron. Fernanda no tiene trabajo y tiene miedo: Castro está por obtener la libertad condicional (en septiembre) y amenaza con ir a buscarla a ella y a su hija de cuatro años.
“Tenemos que pedir por todas y lograr que el Estado se haga responsable de nuestros casos, que nos den los patrocinios jurídicos penales que no tenemos. El Consejo Nacional de las Mujeres no nos puede responder que no tiene recursos, como me dijeron a mí, dejándome librada al destino. Yo no tengo dinero para pagar un abogado de forma privada, me han llegado a decir que no me daban trabajo porque el agresor me puede matar en la puerta y ellos prefieren no tener esos problemas. Tenemos que estar unidas y decir basta de violencia, basta de estigmatización. Queremos ser libres”.
Artistas e insumisas
Blanca Rizzo
Artista, coordinadora de Mariposas Auge, grupo de acción urbana de género que realiza performances-acción para sacar a la luz las violencias, el aborto clandestino, el femicidio y la trata de personas.
“Hay un antes y un después del NiUnaMenos porque la sociedad logró tomar en sus manos el reclamo por la violencia de género. Está en el corazón del sistema capitalista, es su parte más podrida que se expresa con femicidios, con el aborto clandestino, la violencia obstétrica y la trata por explotación sexual, expresiones que se van naturalizando. Salir a las calles para instalar en las agendas políticas y mediáticas estas vulneraciones bestiales que se ejercen sobre todas cada día que abrimos los ojos y nos levantamos de las camas. Calladas y sumisas no podemos empoderarnos y mucho menos denunciar los abusos y los ataques”.
No banalizar la lucha
Tita Print
En 2012, cuando su hija tenía tres años, descubrió que su ex pareja y padre de la niña, abusaba de ella. La denuncia solo trajo como resultado un mes de restricción de acercamiento y en ese mes la justicia penal no investigó al abusador. Luego decidieron la revinculación con una asistente social pero la niña empeoró y se ordenó una cámara gesel que concluyó que sus dichos eran compatibles con abuso sexual. La niña siguió siendo revictimizada, obligada por el juez a ver al padre hasta que Tita decide no mandarla más con él, lo que terminó en una denuncia por impedimento de contacto y su procesamiento. Actualmente está en juicio y el abusador, impune.
“Yo creo que tenemos que marchar porque tenemos que poder reflejar todo lo que está pasando, además de ir el 3 a la plaza tenemos que poder reunirnos y delimitar donde está el reclamo que hacemos. Salieron un montón de personas con el cartel de Ni una menos, como Tinelli, Del Sel, o Macri, personas que generan el caldo de los femicidios. Si incluimos a esa gente dentro del reclamo, ¿a quién le estamos reclamando? El repudio también es para ellos. Está bueno visibilizar y está bueno abrir y profundizar el debate, direccionándolo, sin banalizarlo. A Macri no le interesa la violencia machista, entonces me parece que está bueno marcar el lugar de cada quien en esta lucha. El año pasado apareció un meme con Barreda con el cartel de Ni una menos, y me parece que es esto mismo: ¿Cuál es el reclamo? ¿Quién lo hace? Y a partir de eso, salir a la calle con toda la furia que la causa merece”.
Un calor movilizador
Julieta Chevallier
Trabajadora social. Amiga de Laura Iglesias, la asistente social del Patronato de Liberados de Mar del Plata violada y asesinada el 29 de mayo de 2013 en Miramar, durante una visita de control. Por el hecho fue condenado a prisión perpetua Esteban Cuello, con antecedentes penales por violación, pero la familia de Laura sigue exigiendo justicia porque considera que en el hecho participaron más personas y que hubo connivencia policial.
“Este año el NiUnaMenos es un calor movilizador porque nos impulsa a participar activamente en todas las luchas contra las violencias hacia las mujeres, porque la precarización laboral, el hostigamiento mediático, los acosos cotidianos nos obligan a reflexionar sobre los niveles de violencia que no paran de crecer. Elijo movilizarme porque renuevo una esperanza de lucha pese a que se redoblen las cifras de chicas muertas y desaparecidas, pero me pregunto cómo canalizar y materializar herramientas para evitar este nivel de violencia en lo cotidiano. Pero hay algo más macro en los niveles de reproducción de la violencia desde los medios de comunicación y desde el sistema institucional, que permite que exista esta impunidad. Y sin verdad, no hay ni habrá nunca Justicia”.
Seguir en alerta
Mariangeles Maciel
Su hija y ella fueron violentadas por su ex pareja y progenitor de la niña, que además abusó sexualmente de ella. La primera denuncia la hizo hace tres años por abuso sexual, el juzgado no le otorgó perímetro, le dieron un botón de antipánico pero no para de recibir amenazas. El fiscal pidió su sobreseimiento en la causa por abuso y se solicitó la revinculación con el abusador y reversión de tenencia. Mariangeles sigue sufriendo amenazas y ella decidió no denunciar más porque termina siendo juzgada, evaluada y sospechada. El violento, Diego Minafo, sigue impune.
“Todos tenemos mujeres en nuestra vida: madres, hijas, amigas, nietas, vecinas, y necesitamos protegernos mutuamente. Salir a la calle por ellas y por su futuro, pero sobre todo por todas las causas que quedan en la nada, que mueren, que terminan investigando a quienes denuncian. Ni una menos por violencia machista, por abuso, por acoso, por una sociedad que cree que las mujeres provocamos, que somos culpables, mientras los hombres callan y menosprecian una causa que nos tiene a todas alertas”.
Abrir los ojos
Sara Barni
El 15 de septiembre 2015 denunció el abuso sexual de su esposo hacia su hija en común, en ese momento de 14 años. Se hicieron pericias y en cámara gesel se constató lo que decía la niña. El 9 de junio van a juicio oral contra este policía de la metropolitana que abusó durante cinco años de su hija. El pasó a disponibilidad pero sigue cobrando su sueldo y está libre.
“A partir de descubrir el abuso de mi ex esposo hacia nuestra hija, algo que cambió mi vida para siempre, hice mi propia ONG donde recibo un montón de casos. Red Viva, para víctimas de violencia sexual específicamente y para todo tipo de violencias. Empecé a ver todo lo que sucede y es aterrador: no se toma en cuenta a las madres, justamente lo que se hace es acusarlas, y no se tiene en cuenta el testimonio de los niños y niñas, aun cuando la camara gesel los habilita. Quiero seguir peleando y una fecha como el 3 de junio me da fuerza para hacerlo y no sentirme tan sola”.
Ya no nos callamos
Carolina Fernanda Luján
Denunciante de abuso sexual contra Cristian Aldana
“A los 13 años hablé por teléfono con Cristian Aldana y a los 14 años lo conocí. Fui su pareja hasta los 19 años y sufrí violencia de género. Las chicas somos victimas y no nos damos cuenta. Por eso es importante salir a la calle y juntarnos. Todavía tenemos una venda y no nos damos cuenta de la magnitud del problema que nos pasa por nuestro cuerpo. Pero cuando nos damos cuenta no nos escuchan. Si nos pasa a unx nos pasa a todxs. En el 2010 hice tres denuncias por violencia de género y abuso sexual en una comisaría, pero no paso nada. Ahora, a raíz de las denuncias de Mailén (contra José Miguel del Pópolo, cantante de La Ola que Quería ser Chau), decidí volver a denunciar violación, violencia de género y corrupción de menores. Pero, esta vez, directamente en una fiscalía que se llama Atajo Fiscal, en La Boca.
Hay que salir a la calle para visibilizar y concientizar colectivamente las problemáticas que nos atraviesan a todas en este sistema corrupto y enfermo. Es importante la contención, el apoyo y la escucha a la victima y no poner en duda su palabra. Es importante reclamar por los derechos que nos fueron robados. Ya no nos callarnos. Porque si una cuenta su historia todxs pueden contar su historia”.
La revolución es en la calle
Andrea Podestá
Fotógrafa e integrante del colectivo El Ojo Dentado, victima de una violación, en el 2005, en La Matanza.
“Hay que seguir visibilizando las violencias que se meten debajo de la alfombra. Las agresiones a una mujer son agresiones a todas. Ninguna está exenta. Por eso hay que empoderarse y tomar las calles. Los grupos feministas marchamos siempre. Pero las revoluciones se hacen con la gente. No hay revolución sin la gente. Es importante como una cuestión política tomar las calles para que las autoridades no se hagan las boludas y tomen el reclamo como lo tienen que tomar”.
Dar la pelea desde el territorio
Beatriz Regal y Jorge Taddei
Madre y padre de Wanda Taddei, asesinada por su pareja, el baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez, quien la prendió fuego en su casa de Mataderos el 10 de febrero de 2010. Wanda resistió 12 días en terapia intensiva y finalmente murió por la gravedad de las heridas. Vázquez fue inicialmente condenado a 18 años de prisión efectiva y frente a la apelación, Casación dictaminó prisión perpetua.
“Debemos ir a la plaza porque este año aún no se anunció el plan de acción para prevenir, erradicar y sancionar la violencia hacia las mujeres. Porque la ley de patrocinio gratuito no se empezó a implementar. Porque no hay perspectiva de género en la composición de la justicia ni en sus fallos. Porque nadie protege a los hijos e hijas de las mujeres asesinadas. Porque no se implementó el monitoreo electrónico. Porque por abortos clandestinos hay mujeres presas y mujeres que mueren. Porque falta capacitar y sensibilizar a las fuerzas de seguridad. Porque todavía hay provincias que no adhieren a la 26.485 y porque en muchas provincias no asisten a las mujeres que son víctimas de violencia machista. Uniendo dos épocas, no necesito ser madre y abuela pero quiero ser libre” dice Beatriz. Jorge agrega: “Nosotros seguimos trabajando en el territorio, en los barrios, en las escuelas, en el Instituto de Políticas de Género Wanda Taddei capacitando gente, que el Estado no lo hace, y estamos convencidos que tenemos que luchar por presupuesto, leyes y porque el Estado intervenga en todos los niveles pero también tenemos que tener conciencia que todo el trabajo que hagamos va a dar el mejor resultado: y eso viene de la mano de un cambio de paradigma de sociedad machista a una sociedad libre. Nos va a llevar decenas de años pero estamos en el buen camino. En provincia de Buenos Aires hay 350 denunciar por día, y solamente 80 llegan a la justicia. Eso es lo que queremos cambiar nosotros, de una vez y para siempre, y por eso marchamos el 3 de junio.”
Todos los días son Ni una menos
Adriana Belmonte
Madre de Lola Chomnalez, asesinada el 28 de diciembre de 2014 en Valizas, Uruguay. Actualmente la causa está activa, con secreto de sumario y una nueva fiscal que promete investigar tres líneas que planteó la defensa sobre qué pasó aquella tarde que Lola, de 15 años, quien salió a caminar por la playa y terminó asfixiada contra la arena.
”El 3 de junio y todos los días tenemos que gritar Ni una menos. Por la vida de todas y porque nuestros hijos e hijas sean concientes y respetuosos. El 3 de junio es el día que marchamos pero todos los días tenemos que ser concientes de esta tarea, que no cesa ni cede. Es muy complejo probar estas causas así que tenemos que empezar a confiar entre nosotras. Quienes trabajan en la justicia son personas y están insertas en la cultura así que por ahí viene el cambio”.
Basta de violencia mediática
Karina Lopinto
Madre de Daiana García, asesinada el 14 de marzo de 2015 cuando tenía 19 años. El femicida, Juan Manuel Figola, se suicidó horas después tirándose a las vías del tren de la estación Gregorio de Laferrère. El cuerpo de Daiana apareció en una bolsa de basura maniatado y asfixiado en Lavallol. Este es un caso emblemático de violencia mediática ya que la foto de Daiana se viralizó rápidamente, generando un debate sobre la forma en que iba vestida.
“Tenemos que decir basta, mostrarnos unidas, pedir respeto hacia nosotras y tenerlo entre nosotras, pero también respeto a las víctimas, porque de mi hija se da dicho de todo porque llevaba un short en pleno verano, como si ella fuera culpable. Es fundamental que se esclarezcan todos los casos, que hay miles impunes, que haya leyes y que las que hay se cumplan para poder estar más tranquilas. No podemos vivir asustadas, aterrorizadas, no quiero que nadie pase lo que pasó mi hija”.
Los abusos sexuales deben ser imprescriptibles
Andrea Natali Mila
Denunciante de abuso sexual por parte de su hermano en la infancia.
“Tenemos que salir a la calle porque falta mucho para conseguir que se respeten las legislaciones nacionales e internacionales que hablan de nuestros derechos mujeres. Y la justicia sigue teniendo una mirada patriarcal con las victimas que somos mujeres. Y para generar cambios hay que salir a la calle. Las victimas de abuso sexual en la infancia necesitamos poder denunciar aunque hayan pasado treinta años desde que sufrimos el abuso porque las consecuencias siguen en nosotras y en nuestro cuerpo. A mí me abusó mi hermano y me llevo mucho tiempo estar preparada para poder denunciar. Ahora llevo adelante una lucha para que la justicia no considere prescripta la causa. Hay mucho que cambiar y que hacer. Por eso salimos nuevamente a pedir Ni Una Menos”.
Basta de revictimización
Feliciana Bilat
El 30 de abril de 2010 denunció al progenitor de sus hijas, Nicolás Balerdi, por haber abusado sexualmente de la mayor, en ese entonces de 4 años. Después de intensos años en la vía judicial, fue imputado por el juzgado de instrucción nro. 31, y en mayo de 2015 comenzó el juicio oral a cargo del TOC 17. A pesar de lxs profesionales que confirmaron los abusos sexuales y las pruebas que se extrajeron de la Cámara Gesell, los jueces decidieron en su aberrante fallo el pasado 14 de julio, absolver al imputado alegando inducción materna. Este tribunal la señaló de promiscua, mendaz, “hábil con las palabras”. También solicitaron que se la investigue por falsa denuncia.
“¿Por qué pedimos ‘Ni una menos’? La ley 26.485 de protección integral a las mujeres para garantizar la igualdad de género y erradicar la discriminación contra las mujeres no nos alcanza. No existen métodos operativos para la correcta aplicación de esta ley. Incluso, pareciera que no existe la Ley. Porque nos siguen discriminando, siguen vulnerando nuestros derechos, siguen violándonos, siguen matándonos, seguimos muriendo en abortos clandestinos. Todo por un motivo: ser mujeres.
Sufrimos violencias físicas, psicológicas, sexuales, económicas, institucionales, laborales, simbólicas, obstétricas. Sí, por ser mujeres. Con la misma intensidad y la misma perversión, todos los días hay otra terrible noticia: UNA MENOS. Y también las que no aparecen en los medios, las violencias invisibilizadas: acosos callejeros constantes en los transportes y vía públicas, mujeres silenciadas en nuestros trabajos, niñas en las escuelas siendo violentadas por sus compañeritxs y por este sistema patriarcal dominante que nos enseña desde niñas que “si te pega, es porque gusta de vos”, naturalizando las violencias machistas, cuando vamos al hospital con un aborto espontáneo y terminamos en presas y convertidas en delincuentes, las madres que protegemos a nuestrxs hijxs, y terminamos siendo juzgadas por el sistema judicial misógino.
Cuando intentamos romper con las violencias y empoderarnos, decidimos salir a denunciar a los victimarios, encontrándonos en la mayoría de los casos con la desidia judicial. Operarios de este sistema que nos revictimizan, nos vuelven a violentar, no nos quieren tomar las denuncias; fiscalías y juzgados que nos cuestionan “¿qué hizo Ud. para que su marido se enoje?”, “¿qué ropa llevaba puesta su hija al momento de ser asesinada?”, “¿Ud. no se dio cuenta como madre que el padre estaba abusando de sus hijxs?”.
Somos violentadas cuando el sistema judicial otorga la tenencia de niñxs a los agresores femicidas de sus madres, somos violentadas cuando las madres protectoras que decidimos denunciar ante el sistema judicial a los abusadores de nuestrxs hijxs somos convertidas de víctimas a victimarias, cuando las voces de lxs menores no son oídas, cuando hacen reversiones de tenencias a favor de los progenitores abusadores, cuando nosotras terminamos imputadas, sólo por haber protegido a nuestrxs hijxs. Somos violentadas, discriminadas y juzgadas por cómo percibimos nuestra identidad. Constantemente vivimos violencias relacionadas a las diferentes corporalidades e identidades de género (?). Cada vez más se conocen los ya antiguos pero invisibilizados casos de transfobia, transfemicidio y travesticidio.
No vamos a bajar los brazos. Somos MUCHAS, no estamos solas, y no nos van a parar. Ni aunque nos violenten, nos abusen, nos violen, nos maten. Vamos a exigir Ni una menos cada vez que sea necesario.”
El acoso callejero en la lupa
Aixa Rizzo
En abril del año pasado denunció (y realizó un video que se volvió viral) a un grupo de varones que la acosaban sistemáticamente en la puerta y en la cuadra de su casa, hostigándola cada vez que salía de allí y hasta abalanzándose sobre ella un día, en patota. Aixa se defendió con gas pimienta, hizo la denuncia y la causa avanzó hasta que quedó en la nada: los nombres de los la acosaron figuran en el expediente pero jamás fueron investigados. La justicia decidió citar a vecinos de Aixa para ver si a ellos les había pasado algo similar (citaron a varones) y la causa murió por falta de pruebas. Aixa tiene un botón antipánico hace un año pero no funciona y sigue recibiendo amenazas. En la última le escribieron “vas a terminar en un prostíbulo de Flores”.
“A raíz de mi caso aumentaron mucho las denuncias de acoso callejero, se empezó a hablar del tema y aunque no hay ninguna ley, creo que la visibilización pública frenó a los acosadores. Ahora la gente reacciona, creo que el cambio cultural está ocurriendo y que los tipos se cuidan más. Pasó una fecha patria como el veinticinco de mayo y los nombres de las mujeres que idearon y participaron de la Revolución de Mayo no van a ser nombrados en las aulas. Lo que demuestra que no somos ni diferentes ni menos capaces, sino que es una cuestión cultural el no ser incluidas. Nos violentan para que tengamos miedo, intentando convencernos de que lo que vivimos es normal. Pero las atrocidades más salvajes fueron naturales alguna vez. Y dejaron de suceder porque hubo una sociedad que se rebeló contra ello. No permitamos que borren ni una mujer más de la historia: salgamos a luchar por nuestro derecho de vivir en igualdad y libertad”.
Ni una menos por violencia obstétrica
Perla Pascarelli
Víctima de violencia obstétrica tras una mala praxis en una cesárea en el Hospital Durand en julio de 2007. Todavía está en juicio la responsabilidad del Gobierno de la Ciudad y no fue indemnizada civilmente por el Estado. Lxs médicxs responsables de la cuádruple amputación que sufrió para evitar su muerte después de un cuadro de infección generalizada siguen ejerciendo la medicina. Las prótesis que necesita para volver a caminar cuestan alrededor de 5 millones de pesos y todavía no pudo acceder a ellas.
“Salir a la calle es la única forma de conseguir resultados. Hay muertas, violadas y golpeadas todos los días, además de víctimas de violencia obstétrica silenciadas o invisibilizadas por un sistema que tiene naturalizadas frases como “si te gustó abrir las piernas ahora bancate este dolorcito”. Ni los jueces ni los políticos parecen muy preocupados por las violencias machistas, así que marchar y apoyarnos unas a las otras es la única manera de sentir que estamos haciendo algo y que ese algo será escuchado tarde o temprano. A mí me contacta gente permanentemente, estoy en un grupo de Facebook de víctimas de violencia obstétrica que nos encontramos el año pasado, antes del 3 de junio, y empezamos a trabajar en una ley que nos ampare. Los casos son terribles: muertes de bebés, discapacidades de por vida, mala atención, la muerte de Lorena Bombardelli por desidia y abandono de persona… El sistema está colapsado, eso dicen los médicos y médicas muchas veces para justificarse, pero el maltrato psicológico no se justifica con nada, y existe. Traer un hijo al mundo debería ser un momento sagrado, cuidado y amoroso, no una pesadilla sangrienta de la que una no sabe si sale viva”.
Sin las travas no hay NiUnaMenos
Alma Fernández
Integrante del Bachillerato Popular Trans Mocha Celis.
“Las travas de la Mocha Celis decimos basta de travesticidios, basta de femicidios y basta de represión. Sin las travas no hay Ni Una Menos. Hay que volver a salir a la calle porque se dejo de hablar de la violencia machista, pero la violencia sigue. A una amiga que vive en la Villa 31 le dijeron en la comisaría cuando fue a denunciar a su pareja: “No hagas la denuncia porque vas a tener más problemas y no vamos a llegar a tiempo”. ¿Cómo le van a decir a una mujer peruana, de una villa, que se anima a denunciar los golpes, que no denuncié desde una institución? Hay que volver a instalar el tema hasta que la policía y las instituciones funcionen. De otro modo vamos a volver a la época en donde de eso no se hablaba y mi papá la cagaba a palos a mi mamá sin que nadie dijera ni hiciera nada”.
El Estado responsable
Sonia Quintana
Sobreviviente de redes de trata.
“Yo apelo a la consigna ElEstadoesResponsable porque mi historia se encierra en un círculo de captación y secuestro por el que las instituciones deben responder. Me llevaron a los 13 años de Paraguay a la provincia de Buenos Aires con el engaño de un trabajo como niñera, y me tuvieron secuestrada por cuatro años en Virreyes. Cada vez que quise escapar, la policía volvía a devolverme al prostíbulo. Un cliente se compadeció y una noche me dio una herramienta con la que pude romper una reja y escapar. Tengo dos hijas de 5 y 13 años que merecen vivir libres y seguras. Sé que sin prostíbulos no hay trata, ni desaparecidas, ni mujeres violadas y violentadas de todas las maneras posibles. Este 3 de junio hay que tomar las calles para vociferar y agitar contra todas las violencias hacia las niñas, las mujeres, las trans”.
Contra el odio
Reina Torres
Directora del Centro Integral de la Mujer Marcelina Meneses. Cuñada de Marcelina Meneses, una migrante boliviana que en mayo de 2001 fue arrojada con su bebé de un tren del ex ferrocarril Roca, antes de llegar a la estación Avellaneda, en lo que se consideró un crimen de odio racial.
“Las mujeres tenemos una fuerza primaria de reclamar nuestros derechos humanos. Siempre somos nosotras las que salimos. Nunca vimos una marcha de hombres, pero nosotras demostramos que nos unimos y podemos seguir adelante. La primera marcha lo demostró. Ahora todo cambió, tenemos un nuevo gobierno que nos tiene que escuchar en el marco de esta nueva edición del NiUnaMenos. Tiene que existir algo desde las instituciones que diga basta, porque nos revela seguir presenciando más muertes de mujeres, más injusticias y maltratos. La violencia de género atraviesa a lxs adolescentes, los noviazgos, Queremos vivir bien, respetadas y autónomas. Con nuestra fuerza y reciprocidad empoderada de género. Este 3 de junio lo vamos a demostrar”.
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