Viernes, 28 de octubre de 2016 | Hoy
MONDO FISHION
Por Victoria Lescano
Desafiando los modismos y la pompa académica y orgulloso de su formación autodidacta, el diseñador francés Jean Paul Gaultier (antaño calificado como “el niño terrible de la moda”) sumó a su listado de provocaciones el diploma y el cargo de profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires.
La distinción ocurrió en el contexto de una visita a Buenos Aires a la universidad pública, ideada por el grupo Puig, y en el contexto de una gira latinoamericana por el relanzamiento de sus perfumes Clasique y Le Male. En el Aula Magna, el jueves 20 a las 10 de la mañana, transcurrió una conversación con la periodista Ana Torrejón, la directora de la edición argentina de Harper’s Bazaar, quien abordó temáticas de moda, de identidad, de género y del estado de la industria, sin omitir notas de color como la pregunta “¿Usted le pidió casamiento dos veces a Madonna?”. Mientras, en el hall central de la UBA se agolpaban cientos de estudiantes de moda, quienes escucharon la charla desde una pantalla gigante cual si se tratase de un clásico de fútbol. Trascendió que cuando se anunció la visita de Gaultier a la facultad se registraron mil ochocientos inscriptos en un día. Puertas adentro del aula magna lxs diseñadores Pablo Ramírez, Mariana Dappiano, Vero Ivaldi, Martín Churba y la dupla Chain Garcia Bello, ovacionaron de pie al diseñador francés.
Los aportes a la moda y los modos de siglo veinte y veintiuno de Jean Paul Gaultier, nacido en Arcueil en 1952 y cuyo primer trabajo fue una pasantía en la casa Pierre Cardin, remiten a que fue pionero en elogiar a las usuarias de talles XXL y en buscar modelos de diversas edades y estilos. “Creador busca mannequins atípicas” sentenció el aviso que publicó a comienzos de 1990 con la premisa de innovar en los modismos en la pasarela, hacer castings de modelos de una amplia franja etaria y romper con los cánones de belleza establecidos. Corresponde agregar que lejos de desistir de imperativos estéticos del establishment de las apariencias, en 2014, un desfile de alta costura que transcurrió en “La casa de los horrores” de París, tuvo a modo de cierre la participación de Conchita Wurst (nombre artístico del cantante austríaco Thomas Newirth). Otro de sus hitos para con la moda fue la falda para hombres diseñada en1985, las estampas a rayas marineras, la prédica de la ropa interior y del corsé como uso exterior entre las mujeres, sumada a la exaltación del trench coat. Su abordaje de la moda fue resumido e ilustrado en 2013 mediante la muestra “El Planeta Moda de Gaultier” una retrospectiva de sus diseños articulada en cinco ejes: “El Boudoir”, “A flor de piel”, “Can-Can Punk”, “Jungla Urbana”, “Metrópolis” y “La Odisea de Jean Paul Gaultier”, que recopiló un centenar de trajes y de tipologías. En el apartado “Metrópolis” irrumpieron sus celebradas creaciones para cine, desde los diseños para Pedro Almodóvar en Kika a sus atuendos rupturistas para films de Peter Greenaway. Además de las colecciones para su firma y para la cual en 2014 anunció que se alejaba de la escala del prêt-à-porter y de los accesorios para priorizar la libertad creativa implícita en la alta costura, entre 2003 y 2010 se desempeñó como director creativo de la firma Hermès, vinculada con el mercado del lujo. En numerosas ocasiones el diseñador destacó que la principal influencia en su decisión de volcarse a la moda fue su abuela peluquera, quien mandó sus primeros figurines a las principales casas de moda francesa, la visión de ciertos films y también su compulsión por dibujar las ropas risqué de las bailarinas del Follies Bergere desde su tierna infancia.
Como correlato de la charla de moda y con acento en los perfumes lanzados inicialmente en 1993, dispuestos en una instalación nívea, rodeada de gigantografías de la lata metálica que los contiene, el tributo porteño a Gaultier continuó por la noche en el Café de los Angelitos, la locación camp de estilo tanguero. Vestido con una camisa de lunares y una corbata con otra escala de polka dots y un saco de cuero negro presidió una mesa central, rodeado por la actriz Cecilia Roth, la modelo Milagros Schmoll y la modelo Carolina Ardohain con un corsé by Gaultier, a la que se sumó el estilista argentino Hugo Curletto, amigo de Gaultier desde sus comienzos. La feria de atracciones que implícita en la cena admitió un show de tango con variaciones sobre la canción Vogue de Madonna en clave 2x4, un monólogo, una declamación de Moria Casán dedicada al diseñador y la sorpresiva irrupción de la banda de cumbia “Ráfaga”, Gaultier pareció transitar la velada lejos de todo divismo y con el oficio que aprendió de otra de sus ocupaciones, porque el modisto fue co-conductor del programa de TV Eurotrash.
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