Viernes, 6 de noviembre de 2009 | Hoy
DIEZ PREGUNTAS > A LAURA FALCOFF Y CAMILA VILLAMIL*
–La inspiración surgió de la propia milonga. Por la sensación de que no había en los espectáculos de tango algo que reflejara esa forma de baile tan rica y tan interesante que se ve en las pistas de las milongas. Por otro lado, queríamos también que aparecieran las emociones puestas en juego en el baile.
–Entre otros muchos, el charlatán que agobia a la mujer con la que está bailando; la mujer que “plancha” pero no se resigna; el “galán” que elige detenidamente pero con cierto desdén a quiénes va a invitar a bailar; los hombres que bailan para deslumbrar pero al que le importa poco su compañera... Estas situaciones están tratadas de una manera no naturalista y no hay una sola palabra de texto.
–Tanto tiempo de milongueras nos permitió buscar, más que en la observación, en el recuerdo de cosas muy conocidas: personas y situaciones vinculadas con el propio baile y con las relaciones que se establecen en la milonga. Esto nos dio la posibilidad de armar en Anoche tres bloques escénicos: el primero, que llamamos “sentimental”; el segundo, humorístico y el tercero, pasional.
–Son mujeres con unas voces y una expresividad maravillosas, y al mismo tiempo diferentes entre sí. Por otro lado, estas cantantes no han perdurado a lo largo del tiempo en la misma medida en que ha ocurrido con muchos cantores varones (excepto Nelly Omar, pero convengamos en que su recuperación es bastante reciente). En la música que los disc-jockeys pasan en las milongas nunca, o prácticamente nunca, se escuchan tangos cantados por mujeres.
–Las voces de Nelly Omar, Mercedes Simone y Azucena Maizani están colocadas de una manera diferenciada y especial respecto de los otros temas de la banda de sonido.
–Hay un universo propio con sus códigos particulares, sus reglas, sus modos de comportamiento. De todos modos, no hay un único tipo de milonga ni un único tipo de, digamos, parroquianos: hay milongas muy tradicionales con sus habitués de siempre; hay milongas “jóvenes”, mucho más informales y en las que suele bailarse lo que se llama “tango nuevo”; y finalmente hay milongas en las que se mezclan unos y otros. Pero hay algo común a todas: la posibilidad de conectarse íntimamente con desconocidos a través de la danza.
Camila: –Yo tengo un ya largo camino en el tango profesional pero al mismo tiempo cuento con una formación en danza contemporánea y también he participado como intérprete en compañías independientes de danza contemporánea.
Laura: –Yo me he dedicado a la danza contemporánea desde siempre, como coreógrafa y docente. Mi relación con el tango es de muchos años pero sólo como milonguera.
–El tango es uno de los más maravillosos géneros del baile popular, amasado durante más de un siglo. Es curioso cómo ha cambiado a lo largo de los años para permanecer, en cierto sentido, fiel a sí mismo: es un baile improvisado que debe atenerse a reglas muy probadas. Y finalmente, es un baile para el que se ha compuesto la música más extraordinaria, la de la década del 40, de donde elegimos el material sonoro del espectáculo.
–La atmósfera del salón de baile depende en realidad, cada vez, de tu propio estado de ánimo. A veces una pista casi vacía al final de la noche, bailando con alguien con quien te gusta mucho bailar y al compás de una música que también te gusta mucho, puede conjugar la atmósfera perfecta.
–Desde ya, unos buenos zapatos de tango. No importa mucho lo que vaya arriba: si es la ropa con la que anduviste todo el día o el vestido más suntuoso de tu guardarropas.
*Ambas directoras y coreógrafas de Anoche (un baile de tango), en el Teatro El Cubo, Zelaya 3053 Funciones: domingos de octubre y noviembre a las 18 Entradas: $ 35. Reservas: 49632568 / 49625402
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