Viernes, 26 de marzo de 2010 | Hoy
[IN CORPORE]
Por Pilar Vendrell *
La pesadilla comenzó en 2002. Más de 30 niños y niñas de cuatro y cinco años contaron haber sido abusados por el profesor Fernando Melo Pacheco, del colegio católico Nuestra Señora del Camino, de Mar del Plata. A partir de ese momento se inició una batalla judicial en la cual las víctimas, los padres, las madres, los peritos y los/las terapeutas expusieron su verdad, esperanzados en un fallo que les devolviera a los chicos y chicas, si no la ingenuidad perdida, la confianza en otros y otras adultos/as que creyeran en su palabra y los protegieran.
No fue así. En 2006, la Justicia no sólo absolvió a Melo Pacheco sino que en sus fundamentos desestimó los testimonios de todos los alumnos, desautorizó y denigró las pericias de psicólogos, pediatras y psiquiatras, y procesó a una de las profesionales intervinientes en la causa.
Este caso marcó el avance del backlash (que significa la reacción producida frente al avance conseguido en el descubrimiento de los casos de abuso sexual y violencia de género) en la Argentina. En la medida en que estas temáticas lograron un importante desarrollo, con el aumento progresivo de las denuncias y el conocimiento y difusión de los derechos y posibilidades de las víctimas, también se produjo un movimiento en contra de los derechos de las víctimas.
Su forma de acción se centró en el descrédito de los profesionales y servicios de atención, tendiente a desmotivar a nuevos psicólogos/as, psiquiatras, trabajadores/as sociales, pediatras, abogadas/as a involucrarse en la defensa de los y las abusadas sexualmente y, de ese modo, volver a invisibilizar la violencia familiar y el maltrato infantil.
La semana pasada, el Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires nuevamente absolvió a Melo Pacheco, exactamente, con los mismos argumentos que la sentencia de primera instancia. Dos años después, los niños, ahora adolescentes, son revictimizados otra vez por la Justicia. Otra vez se descree de la palabra de las víctimas. Otra vez se devela la trama de un colegio católico involucrado en casos de abuso sexual infantil sin ninguna consecuencia. Solamente un juez, Horacio Daniel Piombo, falló en disidencia, avalando los dichos de los niños y niñas, lo cual permite una nueva esperanza de lograr una sentencia condenatoria de la Suprema Corte bonaerense que se centre en que los niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual no mienten. Quienes contradicen esta premisa son cómplices, ni ingenuos ni inocentes, de abusadores y violentos. La lucha contra el abuso sexual es responsabilidad de toda la sociedad. Y los/las pocos que se involucran no pueden quedar solos, como sucede actualmente.
La psicóloga Cristina Vila, especialista en violencia familiar, fue agredida en estos días. Por eso, los Profesionales Latinoamericanos/as Contra el Abuso de Poder expresaron: “Repudiamos el ataque sufrido por Cristina Vila, que se suma a la serie de intimidaciones y amenazas recibidas por los profesionales que intervienen en situaciones vinculadas con la violencia de género y maltrato infantil”. Se necesita una Justicia que escuche a chicos y chicas, y políticas públicas que incluyan la protección de los profesionales que trabajan con las víctimas de la violencia familiar y el abuso sexual.
* Psicóloga e integrante de la Asociación Argentina de Salud Mental y de Profesionales Latinoamericanos/as Contra el Abuso de Poder.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.