Viernes, 22 de febrero de 2013 | Hoy
PANTALLA PLANA
Pasea con sus tetitas y su panzota por el prime time de las series yanquis de la mano de Girls, pero además la escribe y protagoniza: Lena Dunham, o la especialista en barrer estereotipos en un pestañeo.
Por Marina Yuszczuk
Allá por el primer capítulo de Girls, después de pelearse con los padres porque le dejaban de dar plata para que madure, Hannah caía al departamento de su no-novio Adam como quien no quiere la cosa para contarle sus dramitas (o capitalizar esos dramitas como excusas para verlo), y a los cinco minutos estaba en cuatro encima del sofá, esperando que Adam trajera un forro y le arrancara de un tirón las can-can negras. Así empezó la serie que escribe, dirige y protagoniza Lena Dunham, la mismísima Hannah, que de entrada se dejó ver desnuda de la cintura para abajo en poses nada delicadas y que de ahí en más no dejaría de sacarse ropa hasta el desnudo completo y frontal del más reciente capítulo de la segunda temporada. No es la primera ni la última vez que las chicas se desnudan en la tele, no: si hay que buscar antecedentes, Sex and the City fue obviamente la serie que puso el sexo y el cuerpo de las mujeres (o de ciertas mujeres, al menos) al desnudo, sobre todo en ese Kamasutra cotidiano que eran las divertidas aventuras de Samantha (Kim Cattrall). Pero en Sex and the City la calidad y cantidad de los centímetros de piel desnuda daban cuenta de la promoción de un modelo tanto como de las concesiones que a él podían hacerse: si la más desnuda era la más “perfecta” desde el punto de vista del cuerpo modélico (léase: de las modelos, y de ahí al molde para todas y sin discriminar), las amigas tenían que convencer a Charlotte de que su cadera demasiado ancha era igualmente bella, y del cuerpo sin cintura de Miranda se mostraban las tetas –pequeñas, eso sí–, pero no mucho más. Si las tetitas de Miranda le sacaban varios cuerpos de ventaja por osar mostrarse a la figura escultural (sí, escultural: ya que estamos hablando de lugares comunes llamémoslos por su nombre) e impecable de Samantha, la imagen de Lena Dunham desnuda en Girls pasa corriendo al costado como un bólido y hace que Sex and the City quede allá lejos, en la prehistoria de las “series que pretendieron acercarse a la mujer real”, aunque no le falten méritos.
Lena lo sabe: en el primer capítulo de Girls, la más ñoña de las cuatro amigas protagonistas confesaba su fanatismo frente a un poster de Sex and the City, y la más copada del grupo le decía que no tenía idea de que eso fuera una serie. Chau: lápida para Sex and the City y a empezar de nuevo, siempre a partir del cuerpo sólido (retacón, dirían algunos), mullido, blanco-pasado-por-leche y en forma de gota de Lena Dunham, un cuerpo de esos que las revistas femeninas clasifican como “de pera” y aconsejan no vestir con ciertas prendas. Como si en los ratos libres se dedicara a hacer una pila con esas revistas y prenderles fuego o, mejor todavía, como si ni siquiera se enterara de que existen, Lena no deja de lucir shorcitos –y no shorcitos negros “para disimular” sino amarillos con estampas rojas– o tops que se sinceran con lo poco que tienen para contener, o una remera de red que dejaba ver todo esa noche que Hannah probó merca y la rompió bailando en una disco, o nada. Pero nada de nada: Hannah está cómoda charlando con sus amigas desde la bañera o, como se la vio en el último capítulo, jugando al ping pong en bombacha y tetitas con Patrick Wilson, el rubio de propaganda de boxers que se levantó por un par de noches. Cuando se estrenó ese capítulo, en las redes sociales estallaron los comentarios; los más envenenados le decían a Lena de todo menos linda, y los benignos señalaban lo revolucionario de que se desnude y se coja al más lindo, “aunque sea fea”. Pero Lena agarra ese “aunque” y se lo pasa por el culo, ese culo cuadrado que ella mostró en una tanguita blanca. La belleza, o falta de, o la fealdad avergonzada, jamás son temas en Girls, o encuentran como colchón amortiguante esa pancita blanca y bien rolliza que Lena dejó ver sin darse por enterada de que existe un sintagma tan idiota y contradictorio como “panza chata”, inocente en la desnudez como una nena y tan segura como la más mujer.
Girls se emite los domingos a las 22 por HBO.
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