La Argentina se comprometió a reducir, en la firma de los Objetivos del Milenio (ODM), en tres cuartas partes la mortalidad materna. Para esto era necesario un descenso del 5,5 por ciento anual para alcanzar la meta comprometida en el ODM. Pero todavía se está lejos de lograrlo. Sin embargo, no es que países similares al nuestro no hayan podido hacerlo. Uruguay ya logró la meta comprometida. Es muy probable que otros cuatro países (Brasil, Honduras, Paraguay y Perú) alcancen el descenso prometido para el año 2015. Mientras que Chile, Colombia y Nicaragua posiblemente lleguen a reducciones cercanas al 70 por ciento, de mantenerse las tendencias actuales.

En cambio, la Argentina está en rojo. Su situación –la mortalidad materna no ha variado significativamente en los últimos veinte años– es similar a la de Ecuador y Panamá, que si bien han logrado un leve descenso se encuentran muy lejos de los demás países de la región, según un informe presentado por las/os investigadoras/es Mariana Romero, Edgardo Abalos y Silvina Ramos. “En la Argentina, 300 mujeres fallecen anualmente por causas relacionadas con el aborto inseguro, el embarazo, el parto y el puerperio. Son mujeres jóvenes –en su mayoría sanas– cuyas muertes podrían evitarse”, señala el informe que presentaron. La última información disponible de la Dirección Nacional de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) fue dos veces y media superior al nivel esperado.

Otro de los problemas en la Argentina son las enormes inequidades regionales: el riesgo acumulado confirma la fuerte desigualdad que existe en las muertes maternas en el país: las mujeres de Formosa y Jujuy tienen entre 16 y 14 veces más riesgo de morir a lo largo de su vida reproductiva por causas relacionadas con el embarazo, el parto y el puerperio que las mujeres que residen en la Ciudad de Buenos Aires.