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Nada fue sencillo para la mujer comparándola con el hombre; aquello que para nosotros siempre fue sencillo y natural, suele transformarse en un camino difícil para ellas.

Claramente hay un muro tan invisible como eficaz que dificulta la igualdad de oportunidades para las mujeres en cada nicho de la sociedad, el deporte en general y el fútbol en particular en todas las vertientes: árbitras, técnicas, deportistas y dirigentes no son la excepción. Está claro que las proclamas de las máximas autoridades del mundo del deporte no lograron aún un equitativo acceso a los cargos dirigenciales. Al ahondar en la temática se comprenden con claridad meridiana las motivaciones que dieron vida a las leyes de cupo de género en los partidos políticos y sindicatos. Con respecto al deporte, lamentablemente, en nuestro país aún no se aprobó, pese a varios intentos parlamentarios, una ley de cupo femenino para cargos directivos en clubes y federaciones. Es la carencia de una catapulta normativa la que me convenció sobre la necesidad de presentar en el Club San Lorenzo de Almagro, en mi carácter de vocal por la minoría de Comisión Directiva, un proyecto de cupo femenino para que sea aprobado por las principales autoridades del club, Matías Lammens y Marcelo Tinelli, con una doble intención: hacer un acto de justicia con las mujeres de nuestro club y servir de estímulo para el resto de las entidades deportivas.

Realicé una investigación sobre los veinte clubes de Primera División del fútbol y el resultado es contundente: existen 293 cargos titulares de Comisión Directiva y tan sólo 13 (menos del 5 por ciento) son ocupados por mujeres.

Empero, esta problemática no es de cabotaje: la FIFA recién en el año 2012 tuvo su primera mujer en el comité ejecutivo –pero en carácter de invitada–, la presidenta de la Asociación de Fútbol de Burundi, Lydia Nsekera. Al año siguiente fue elegida por el voto y la FIFA sumó dos mujeres como invitadas: Moya Dodd de Australia y Sonia Bien-Aime de Islas Turcas y Caicos (territorio británico de ultramar). En casi 110 años de existencia, sólo tres mujeres accedieron a lo más alto del fútbol mundial. Bien-Aime dijo: “Es una gran decisión y debemos darle la bienvenida. Agradezco la oportunidad de ser elegida, pero también haber recibido una voz para opinar, una voz dispuesta escuchar y a hablar, una voz que ahora es la voz de una mujer”. De eso se trata lo que pretendo para nuestros clubes y federaciones en general, y para San Lorenzo en particular, con el proyecto de cupo femenino: entender que debemos impulsar con normas y decisiones de gobierno el acceso, por demás merecido, de las mujeres a los cargos dirigenciales y así levantar el ancla que aún posee el mundo del deporte en esta cuestión.

* Abogado y vocal de la Comisión Directiva de San Lorenzo.