Viernes, 17 de octubre de 2014 | Hoy
COSAS VEREDES
Cyndi Lauper, la cantante norteamericana, icono pop y referente en la lucha igualitaria, volvió a poner las manos en la masa, anunciando la venidera inauguración de una residencia para jóvenes LGBT sin techo en NYC.
Por Guadalupe Treibel
Echar un primer vistazo a los últimos acontecimientos que la tienen de protagonista alcanza y sobra para reforzar su nombradía como “santa de las causas nobles”, aunque –en honor a su vida y obra– no son velas sino reproductores los que han de encenderse para invocar su gracia. Gracia manifiesta en famosilla voz de multioctavas que prendió siendo joven, y aún persiste –intacta– en shows y discos y giras y gestos de buena voluntad. ¿Uno de las más recientes? Asociarse con la cantante norteamericana Sara Bareilles en pos de aunar esfuerzos y recaudar fondos para la investigación en la lucha contra el cáncer infantil. Para tal fin, un mashup: Truly Brave, mezcla que sincretiza Brave, de la ya mencionada SB, y True Colors, de su santidad, doña Cyndy Lauper. La American Cancer Society, agradecida; el más de un millón de espectadores que vio el clip vía YouTube todavía lagrimeando.
Cyndi también, pero –con el rímel intacto– igual se hace el rato para hacer una petite aparición en la final de America’s Got Talent o continuar disfrutando/difundiendo el éxito arrollador de Kinky Boots –musical de Broadway basado en homónima película británica que narra la historia de un joven zapatero que salva su fábrica con la ayuda de una performer drag, Lola–, para el que hizo letra y música y que, según sus dichos, tendrá versión coreana. En paralelo, un aviso: pronto prontísimo –en 2015– editará flamante disco. Y luego, otro: que su campaña Give a Damn, enfocada a implicar y educar a la comunidad hétero por el avance de la igualdad LGBT, goza de buena salud: ídem Forty to Nothing, donde ha focalizado buena parte de su atención. Lo declara ella misma, ojo... “Estamos concentrando nuestros esfuerzos en asegurar que la juventud LGBT pueda crecer en un mundo donde se sienta segura de ser como es”, ofrece la artista, subrayando que “el 40 por ciento de todos los jóvenes en situación de calle en Estados Unidos se identifican como gays, trans, bisexuales y lesbianas; hay que asegurarse que esas cifras bajen de 40 a cero, trabajar para que crezcan sintiéndose iguales al resto”. Acto seguido, un notición digno de (con perdón del verso sin esfuerzo) devoción: pues del dicho al hecho, la bienaventurada Lauper acaba de anunciar que abrirá un edificio de acogida para chicos sin techo con entre 18 y 24 años que estará ubicado en el Bronx, distrito metropolitano de Nueva York, dará refugio a 30 personas y –como no podía ser de otra manera– tendrá por nombre True Colors Bronx, en honor al himno que la convirtió en noble referente al son del inclusivo “Veo tus verdaderos colores brillando alrededor / Veo tus verdaderos colores y por eso te amo / No temas que se vean / Tus verdaderos colores son hermosos como un arco iris”.
En sociedad con la organización sin fines de lucro West End Residences –en acción desde el ’89 para dar techo a los colectivos vulnerabilizados de NYC–, el complejo está en proceso de construcción en Avenida Jerome y, además de apartamentos, brindará grupos de apoyo y asistencia, servicios sociales, espacios comunitarios, sala de computación, lavandería, jardín, seguridad, comida. En otras palabras: todo lo necesario para abrazar amorosamente a chicos y chicas que han sido víctimas de bullying, de intolerancia familiar, de ausencia de redes escolares, de violencia física y mental, entre otros tristes etcéteras. Caídxs del sistema, rechazadxs por las esferas sociales que deberían haberles brindado apoyo, propensxs a los desórdenes de ansiedad, a la depresión y, a menudo, al suicidio en y por su situación de calle. “En Estados Unidos se estima que entre 500 mil y 1,6 millón de jóvenes deviene sin techo cada año; 40 por ciento del total es LGBT”, resume el sitio militante de la militante Lauper. (Vale mencionar que en Inglaterra el asunto es igualmente alarmante, con números que alcanzan el 25 por ciento, y estadísticas que marcan un riesgo multiplicado para este grupo etario en comparación con sus pares cisgénero.)
Como bonus track, la iniciativa ya cuenta con el apoyo de grupos vecinales. “Definitivamente es indispensable hacer frente a las necesidades de esta porción de nuestra población”, comentó Adeline WalkerSantiago, presidenta de la junta comunitaria de la zona. Y es que a las pruebas se remiten: tres años atrás, en septiembre de 2011, Cyndi había inaugurado una residencia símil, True Colors en Central Harlem, ubicada en West 154th Street, primera en su tipo, tremendamente exitosa. Por aquel entonces, tijerita en mano, cinta roja a punto de recibir el corte final, sus rezos resonaron fuerte: “Creo que una sociedad fuerte es una sociedad inclusiva. Necesitamos incluir a todos, porque necesitamos a todos”. Amén, Hermana Multicolor.
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