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Acaba de saltar a un bote salvavidas en medio del océano. Tiene apenas algunos elementos con los que sobrevivir hasta llegar a la otra orilla. En medio, unas ganas inmensas de cambio, de dejar atrás su faceta más superficial. No más “Rita, la inigualable voz del Splendid”. Las olas y el sol al principio agradables se vuelven insoportables, los encajes, la peluca, el vestido, el saco, los zapatos, arden en aquella piel. A medida que avanza el bote aparecen los recuerdos de noches llenas de música, de aplausos, cartas de admiradores, pero todo aquello ahora es un montón sobre la madera, lejanos tesoros bien guardados que dan valor para lo que vendrá. Se trata de descartar lo transitorio y revelar lo verdadero. Con una muy buena puesta que invita a ser testigos casi en penumbras, cada gesto y movimiento de la actriz y clown Mercedes Hernández potencia el relato, que luego deviene en palabra. La vemos ir del humor a la emoción, de la torpeza a la resolución que pide inmediatez y la exigencia de no poder dejar de remar.

Salto. Comedia trágica en alta mar tuvo un “proceso creativo muy intenso”. Surgió de una idea que trabajó la actriz con Marcelo Savignone en un laboratorio de montaje, que luego terminó de crear junto a las también directoras Luisina Di Chenna y María Florencia Alvares. Para quien tuvo el privilegio de viajar desde el 2010 hasta el 2013 por Europa, Asia y Sudamérica con el espectáculo Varekai, del Cirque Du Soleil, esta pieza teatral “representa una nueva búsqueda. Decidimos bucear en mi potencial expresivo y profundizar en lo que se puede contar, tomando la comicidad como punto de partida y aspirando a un mayor desarrollo a través del universo que presenta el personaje”, explica Mercedes y agrega sobre la elección de volver a Argentina: “Hay bastante de Rita en mí. Esta obra expresa el deseo de dar un paso en mi carrera, crear un trabajo unipersonal y volcar en él grandes emociones vividas en el último tiempo. En Rita puedo encontrar mi tenacidad, mi curiosidad y la valentía que aspiro a tener, junto a la obstinación. A su vez, en la ciudad proyecto seguir desarrollándome como artista, docente, dando cursos de clown en los que veo nacer hermosxs payasxs y seguir adelante con esta etapa de la vida que me toca ahora, afianzar mis raíces y disfrutar de eso”.

Mercedes Hernández se inició en el clown cuando tenía 18 años y desde que comenzó a actuar descubrió que quería seguir formándome en esta disciplina que la conectó con su vocación. Entre sus referentes figuran Sebastián Godoy, actor y clown con el que conformó un dúo durante varios años; Marcelo Katz, Marcelo Savignone y Charles Chaplin. El paso por el Cirque du Soleil fue una experiencia enriquecedora: “Me enseñó a sentirme viva en cada función a pesar de la repetición –realizó mil funciones en tres años–. Presentarme frente a diferentes públicos desarrolló mi capacidad de adaptación y entendí la importancia de la universalidad del hecho artístico. Pero también me hizo valorar la calidad artística en nuestro país, resultante de la pasión que le ponemos a lo que emprendemos y a la superación de obstáculos. Mi personaje en Varekai fue hermoso. Una asistente de un mago que tenía la responsabilidad de recordar la humanidad del payaso. Me dio mucha gratificación, me permitió mostrar que dentro de tanta espectacularidad había alguien torpe, sensible y humana con quien se podía identificar el público”, destaca.

En Salto... todo ha sido pensado en su más mínimo detalle, sobresale el trabajo actoral y la voz de la actriz que a través de Rita logra trasladarnos al pasado y conectarnos con un presente, donde lo ideal se vuelve un poco turbulento y los días eternos, pero la convicción de Rita intenta trascenderlos.

Salto. Comedia trágica en alta mar.
Domingos a las 21 en Noavestruz, Humboldt 1857.
Entradas: $80. Reservas: 4777-6956.
Más info: noavestruz.com.ar