Cuánto nos reconforta poder comenzar este año del Señor 2006 con los más elevados pensamientos que nos provee gentilmente Luis Otero a través de su inapreciable antología de los piadosos tiempos del franquismo, La Sección Femenina (Edaf, Madrid, 1999). Aforismos, máximas, sentencias que nos devuelven al lugar que nos corresponde y pertenece: el hogar. Y quien dice esta santa palabra, está diciendo marido e hijos a quienes atender con esmero y abnegación. Veamos sin más circunloquios los siguientes párrafos que iluminarán para siempre nuestras vidas.

1. “La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular –o disimular– no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse. La dependencia voluntaria, la ofrenda de todos los minutos, de todos los deseos y todas las ilusiones, es el estado más hermoso, porque representa la absorción de todos los malos gérmenes –vanidad, egoísmo, frivolidades– del amor.” Revista Medina, 13-8-1944

2. “Sin embargo, los oficios que ejerce la mujer en el hogar son innumerables: ¡cocinera, doncella, costurera, bordadora, zurcidora, planchadora, recadera, enfermera, contable, economista, maestra higienista! Es verdad que ella tiene disposiciones naturales para ese género de trabajo, pero también debe prepararse y perfeccionarse.” Revista Medina, 3-1-1945

3. “Luz, alegría y armonía serena en tu familia: tú, la mujer, centro de todo, comprendiendo los problemas de todos y ayudando a perfeccionar y pulir las obras del hombre.” Consigna, diciembre de 1940

4. “Creyendo que nuestro papel está en la oficina, olvidamos aquel otro, perfectamente femenino: el de ama de casa.” Formación Familiar, para alumnas del bachillerato, sin fecha.

5. “¿Qué fin persigue el trabajo doméstico? Cubrir las necesidades espirituales y materiales de la familia. Para esto es que necesita la mujer capacitarse de forma que sepa hacer bien con el máximo rendimiento y en el mínimo tiempo todas las faenas caseras, y hacerlas de forma tal que se completen unas con otras y no produzcan doble esfuerzo. Nada conseguirá el ama de casa si no trabaja con método: una hora para cada cosa y cada cosa a su hora”. Enciclopedia Elemental, 1957.