Viernes, 24 de noviembre de 2006 | Hoy
INUTILíSIMO
Así como el francés es el idioma de la sociabilidad, la moda y la comida, el inglés –en cambio– se usa cada día más para los asuntos prácticos, técnicos, deportivos, según lo afirma la experta Jacobita Echaniz en su Libro de etiqueta, tan consultado por esta sección. Una de las primeras cosas que hay que tener muy en cuenta es que la pronunciación inglesa no tiene nada que ver con la francesa: sin embargo, mucha gente dice la ch como sh queriendo parecer fina, lo cual en realidad suena muy cursi. Por ejemplo, aclara Doña Jacobita, chips –pequeño sándwich– se pronuncia tal cual, sin suavizar la ch. Por otra parte, la h siempre ha de oírse como jota.
Hecha esta vital indicación, pasemos a estudiar los términos más usuales. “En la decoración se emplea mucho living-room, el cuarto en que se vive, que se pronuncia livin-rum. Es esencial que en esta expresión y en otras similares se escuche la g final en la sílaba ing”, nos alecciona la señora Echaniz. Hall, cuyo significado todo el mundo conoce, se dice jol, y porch, tal como se escribe (siempre con la ch fuerte). Bungalow debe oírse sin la w, con la o final acercándose a la e. Lawn –césped– se pronuncia lon, y crazy-paving –“ese tipo de camino con lajas desparejas tan de moda ahora”–, creizy-peiving, que quiere decir textualmente, “empedrado loco”. Lo que nos lleva directamente a la palabra humour, insustituible cuando nos queremos referir al clásico sentido del humor británico, se vocaliza jiúmor.
Entre nosotros, las expresiones mejor vistas en la alta sociedad respecto de las prendas de vestir son: sweater (suéter) pullover (pul-óver), sport (se pronuncia tal cual y no, please, espor). En cuanto a smoking, la pueden pronunciar como quieran porque los ingleses no usan esa expresión para definir el saco de etiqueta de los caballeros. Se trata, entonces, de una invención local.
En el rubro comidas es imprescindible pronunciar bien sándwich (sánduich) y no sánguche, desagradable adaptación de la palabra inglesa. Ice cream, crema helada, debe decirse ais-crim; scones, que no necesita traducción, scouns; cake, torta, kéik; pudding, budín, con la g bien audible. Todas sabemos que five o’clock tea es el té de las cinco, cuidando de pronunciar correctamente: faiv oclóc ti. Cocktail debe decirse coctéil (con la o apenas vocalizada, que suene casi cóctíl), obviamente refiriéndose a una mezcla de bebidas alcohólicas. De ahí que cocktail-party sea una reunión donde se sirven estos tragos, entre la merienda y la comida (que es como hay que decir en vez de cena). Surprise party –supráis-party, con t muy suave– significa reunión o fiesta sorpresa. Y lunch, no hace falta señalarlo, es almuerzo. Pero no se pronuncia lanch como cree cierta gente advenediza: la u hay que mezclarla un poco con la e para que suene realmente comme il faut. Gracias a estas lecciones de Jacobita Echaniz podrán lucir un impecable inglés, ya sea en Buenos Aires, London (lendn) o en el propio Far West norteamericano, vestidas en este caso de simpáticas vaqueras.
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