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Viernes, 14 de octubre de 2005

MONDO FISHON

Mondo fishon

Cinderella for export

Pensábamos que era totalmente out, demodé, ridículamente anticuado como los pantalones nevados (las referencias pueden delatar, y a mucha honra) y digno de ilusas à la Grecia Colmenares, pero no. Resulta que no, chiquis de nuestros corazones de papel: tal parece que la mujer argenta sigue cotizando de lo más bien. O por lo menos eso pasa en Hollywood, que es donde importa que las cosas pasen (no en Inglaterra: recuerden lo que le pasó a nuestra pobre Kate, los médicos la tengan en la inmaculada clínica de rehabilitación) cuando de sueños rosados, brillantemente rosados, se trata. Leemos en nuestra revista de cabecera (creemos haberlo dicho antes, la Para Ti) la siguiente y esperanzadora afirmación: “Nació en Salta, hace 29 años (...) Hoy –divorciada y con una hija de 7 años– acaba de comprometerse con la estrella de cine norteamericano Matt Damon, a quien conoció trabajando como camarera en un bar”. Luciana Barroso es nuestra, es argentina, es morocha y la primera noche que atendió a Matt en un bar del sacudido país del norte terminó dándole su dirección de correo electrónico. El amor se alimentó (y sostuvo) por e-mail... y un buen día él no aguantó más ¡y le mandó a (nuestra futura amiga) Lucianita un boleto de avión para que se fuera hasta Praga!, donde él andaba de rodaje. ¿Más? Se comprometieron. ¡Un aplauso para la bartender!

Sigue la saga del DM

Y también nos, siguiendo otra zaga, la de nombrar por las iniciales, le decimos DM al día de la madre que, a su vez, sigue entregando material para reflexionar, ahorrar o bien deshechar, no sin antes dejarlo un rato en el baño en donde es posible leer hasta los prospectos de los remedios naturistas. En este caso, nada de naturismo. Violencia al mejor estilo punk –por lo menos es declamativa y en ese tris podemos pensar que solo se trata de sublimar–, las cosas como son, bah. Porque de nada vale regalar flores cuando en realidad una le quiere decir a su madre que es una jodida, y para qué andar gastando dinero en carteras si en realidad es una perra que espera hace años que alguien se lo diga. Este es el momento entonces de obsequiarle a la madre en su día una verdad en letras de molde –bue, moldeada– en finos apliques brillantes, que logran resumir con buen gusto un sencillo "mentirosa", "infiel", "nava" o cualquier otra que Ud. quiera decir y no se anima a pronunciar. Porque en tren de ser malas, siempre es mejor hacerlo con elegancia.

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