Viernes, 23 de febrero de 2007 | Hoy
MONDO FISHON
Por Victoria Lescano
La camada 2007 de la Saint Martins’s School of Design, célebre academia de moda inglesa dirigida por Louise Wilson (de la que surgieron tanto los últimos nuevos nombres de la moda inglesa como los creadores reclutados por las principales firmas del mundo) tuvo entre sus desfiles de graduación indicadores del estilo, alemán, polaco, japonés, griego, españoles y también inglés que reflejaban el crisol de nacionalidades de los asistentes a la escuela de diseño.
Si bien las colecciones que funcionan como tesis de diseño no están a la venta, la ceremonia convoca a representantes de la industria y las principales tiendas inglesas porque es vox populi que en ese semillero se bocetan los estilos que serán furor en los próximas temporadas.
En simultáneo, la semana de la moda de Londres convocó en el apartado nuevos talentos al proyecto de moda Fashion East. Allí pudieron verse las remeras con estampas irónicas de Henry Holland (inspiradas tanto en el slang de los pubs como las remeras con mensaje político de Katherine Hamnett), las estampas de Danielle Scutt que en una colección oda a los perritos con pedigrí intentó reproducir texturas de pelo canino, y la colección darkie de Garreth Puh, el nuevo rebelde del circuito londinense.
También allí se dieron intercambios culturales: el diseñador americano Marc Jacobs mostró por primera vez su colección en Inglaterra, como coartada para celebrar en simultáneo la apertura de su tienda en Londres.
El máximo referente del joven diseño inglés y las alianzas comerciales lo simboliza Christopher Bailey, responsable de haber puesto en la cresta de la ola a la histórica firma Burberry. Durante 2006, sus variaciones sobre la gabardina beige favorita de Bogart fueron imitadas por diseñadores indies y cadenas masivas. Para el invierno 07 europeo, desde la semana de la moda de Milán (el 17 de febrero) y para Burberry Prorsum, Bailey enunció sus últimos dictados: abrigos cortos y largos en color negro que citan armaduras medievales y los super looks del tunecino Azzedine Alaia circa 1980. En palabras de Bailey: “Es más rockera que las colecciones anteriores”.
Otros revivals del estilo inglés: primero, la colección de Pringle of Scotland, la firma de tejidos que en su partido de diseño se jugó por abrigos de cashmere y crochet con siluetas innovadoras. Segundo, el regreso de la tienda Biba. La mítica tienda de fines de los ’60 resurgió de sus cenizas hace dos temporadas a cargo de la diseñadora Bella Freud, quien recurrió a plataformas y vestidos rescatados del archivo de diseño de la casa. Pero la propuesta para el invierno 2007 europeo tuvo pésima crítica de una de las prosas más afiladas de la prensa inglesa. Dijo Sara Mower: “En Biba se vieron los mismos diseños de vestidos mod y abrigos que ofrecen las cadenas de ropa masiva; el gesto de las modelos en la pasarela reflejó el desgano de la diseñadora Bella Freud, a quien aconsejo que mejore la calidad de las telas”.
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