Desde hace ya demasiados años, asistimos en silencio a la co-construcción de un mito teórico. Un invento generado para asistir a padres separados de sus hij@s en divorcios controvertidos en los cuales el padre era acusado de abusar de sus hij@s: el llamado “síndrome de alienación parental” (SAP). Gardner, y sus libros editados por él mismo, ha generado que muchos psicólogos en lugar de decir lisa y llanamente que se trata de un síndrome inexistente de una enfermedad inexistente, se hayan dedicado a escribir libros, dar conferencias construyendo, sin quererlo con sus réplicas, el mismo mito. Otr@s profesionales sin duda menos escrupulos@s han sostenido en juicios, en trabajos, en los medios la “veracidad” irrefutable del SAP, no pudiendo desconocer que no responde a ninguna verdad científica comprobable y, lo que es peor, que contradice todo lo que hasta hoy sabemos acerca de la psicología y la psiquiatría infantil. El SAP viene siendo usado para permitir las absoluciones de abusadores de niñ@s, proyectos de revinculación de abusadores con sus hij@s, creación de instituciones que nuclean a padres abusadores y se encargan de difundirlo como si fuera una verdad científica. El silencio de instituciones que agrupan profesionales de la salud mental, no tomando posición ante esta aberración pseudocientífica, ha permitido que se “produzcan” trabajos en uno y otro sentido. Mientras cientos de niñ@s son abusad@s y victimiz@dos una y otra vez. El abuso sexual infantil nos enfrenta con lo real de una manera insoportable. Nuestra condición de neuróticos hace que no sólo nos resulte inadmisible sino también impensable. Como me enseñara mi querida Isabel Monzón, el pecado de la buena gente es no ver el mal. Seguramente, de no ser profesionales, nuestra primera reacción será: esto no puede ser posible, esta criatura está inventando, cómo esta persona tan correcta puede ser capaz... Como profesionales no desconocemos la perversión y bien sabemos que es casi imposible que un niñ@ invente un abuso sexual donde no lo hubo, que madres y padres no tienen la capacidad de “alienar” a sus hij@s sin que esto se haga evidente. Los testimonios de los niñ@s abusad@s, victimizados una y otra vez por pericias, no les resultan a los jueces creíbles, en muchos casos ignoran todo lo relativo a la psicología infantil, creen que l@s niñ@s mienten, que fabulan. Debería ser nuestra obligación como profesionales de la salud mental contribuir a su formación destruyendo mitos, sosteniendo con compromiso lo que las teorías nos han enseñado, no admitiendo que se siga propagando una falsa “teoría”, un falso síndrome de una enfermedad inexistente. Por eso les solicitamos que institucionalmente hagan pública su posición ante el SAP.

* Psicoanalista. Campaña “Así No”. Adhesiones en [email protected]