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Frente a la feminización del Sida, por ahora, el principal avance ha sido el preservativo femenino que, lamentablemente, en Argentina no tenemos. Los otros pasos a seguir deberían ser eliminar la inequidad de género, disminuir la pobreza que en las mujeres es clave como riesgo porque promueve el intercambio sexual por dinero, y erradicar la violencia contra las mujeres, que aumenta la vulnerabilidad hasta tres veces o más.

Si bien el nuevo microbicida –que era algo muy esperado y que fue muy aplaudido por las asistentes a la conferencia de Viena– es una esperanza porque les permitiría a las mujeres cuidarse sin pedir permiso o convencer al varón, el preservativo sigue siendo el único método seguro de prevención (y que también debe usarse en las parejas donde los dos son positivos para evitar reinfectarse y así tener más posibilidades de infecciones u otras complicaciones).

El microbicida es interesante porque otorga un buen nivel de protección, aunque, aún, no se puede usar solo porque una de cada dos mujeres se infectaría frente a una relación sin preservativo con un hombre viviendo con VIH. Es un buen indicio, pero esperemos que haya más fondos para continuar con la investigación.

* Medica y presidenta de la Fundación de Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), desde Viena.