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Lunes, 3 de noviembre de 2003

FúTBOL › RESIGNO DOS PUNTOS Y DE YAPA SE QUEDO SIN TEVEZ

Boca no pudo con el Cerrojo

Doble lamento boquense por el empate que permitió el acercamiento de San Lorenzo y Central y porque Tevez se lesionó y no podrá disputar el Superclásico. El cuadro de Chiche Sosa se llevó el aplauso de su público porque venía de una racha de cinco derrotas consecutivas. El arquero Molina, que atajó todo, fue la figura de un equipo que se colgó sin reparos del travesaño y que de contraataque casi liquida el juego. El árbitro Gabriel Brazenas no cobró dos penales para Independiente y permitió que le pegaran a Tevez.

 Por Ariel Greco

Los hinchas de Boca se fueron de la cancha con una preocupación triple. La primera y más obvia de las razones fue el empate 0-0 ante Independiente, que dejó a San Lorenzo a dos puntos y a Central a tres. La segunda fue la floja producción en general del equipo de Carlos Bianchi, que a pesar de haber merecido el triunfo, apenas consiguió marcar diferencias en el juego sobre un rival sólo preparado para defenderse. Y la tercera, pero la que mayor inquietud les genera, fue la salida por lesión de Carlos Tevez, que tuvo que dejar la cancha en el primer tiempo y que se perderá el Superclásico de la semana que viene.
Varios factores se conjugaron para que el líder no se quedara con la victoria. En ese sentido se puede marcar el planteo defensivo de Independiente, la labor del arquero Lucas Molina, la prematura salida de Tevez, pero principalmente abundaron las falencias propias. Desde el plano colectivo, Boca fue demasiado lento y previsible para atacar. Ante dos líneas de cuatro que casi no se desarmaron nunca, la escasa fluidez en el manejo de la pelota fue un handicap muy alto que pagó el conjunto local. Por eso le costó generar situaciones de peligro, sobre todo en la primera mitad.
Sin respaldo colectivo, Boca tampoco pudo apelar a actuaciones individuales para resolver el encuentro. La principal carta se le cayó casi en el arranque del juego. En una jugada sobre la izquierda, Benito lo fue a buscar muy lejos a Tevez y lo golpeó con dureza desde atrás, sin que el árbitro Brazenas siquiera marcara la infracción. Si bien el delantero siguió en el partido hasta el final del primer tiempo, quedó claro que estaba disminuido, ya que durante ese rato no pudo desequilibrar.
Con Tevez ausente, la manija la intentó tomar Iarley. Y si bien el brasileño mejoró con respecto a partidos anteriores, su peso específico es mucho menor al del goleador. Además, cada vez que contó con una posibilidad concreta, nunca pudo definirla de manera adecuada. Tampoco losvolantes aportaron argumentos positivos. Donnet apareció poco en escena. Cagna casi no participó en el primer tiempo, y cuando tomó protagonismo en el segundo, ya se jugaba con más nervio que cabeza. Lo de Caneo fue todavía más flojo. El juvenil no se comprometió con el partido, nunca aceleró y se mostró muy impreciso con la pelota. Ni siquiera Battaglia respondió con su nivel habitual. Limitado como volante central, no tuvo el empuje de los partidos anteriores.
A pesar de sus problemas, igualmente Boca tuvo las mejores situaciones para ganar. Es que lo de Independiente se limitó a un planteo en el que el único objetivo era mantener el cero en el arco propio. Dos líneas de cuatro casi pegadas y los dos delanteros colaborando fue lo único que propuso el conjunto de Osvaldo Sosa. Y con el correr de los minutos, al esquema defensivo se le sumó la sistemática caída de algún jugador para perder tiempo. Para colmo, no tuvo fortuna con los fallos arbitrales en las esporádicas incursiones ofensivas. En el primer tiempo, Brazenas –tal vez con la patada de Benito en la conciencia– no cobró un penal de Calvo a Losada. Y en la segunda parte, tampoco pitó un empujón sobre Caggiano. Así se llegó a un final con ganadores y perdedores a pesar del empate. Los de Boca, porque perdieron dos puntos y a Tevez. Y los de Independiente, porque ganaron su primer punto en seis partidos.

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Doble lamento boquense por el empate que permitió el acercamiento de San Lorenzo y Central y porque Tevez se lesionó y no podrá disputar el Superclásico. El cuadro de Chiche Sosa se llevó el aplauso de su público porque venía de una racha de cinco derrotas consecutivas. El arquero Molina, que atajó todo, fue la figura de un equipo que se colgó sin reparos del travesaño y que de contraataque casi liquida el juego. El árbitro Gabriel Brazenas no cobró dos penales para Independiente y permitió que le pegaran a Tevez.
 
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