FúTBOL › EL ENTRENADOR DEL CAMPEON INTERCONTINENTAL DEFINE SU FUTURO
¿Y ahora qué, Bianchi?
Al sumar su 15º título, es el técnico que más Intercontinentales ha ganado. “Este es un triunfo de los argentinos”, señaló. Cómo sigue la historia.
Por Facundo MartInez
Durante los últimos días del 2002, mientras arreglaba su retorno a Boca, Carlos Bianchi sólo tenía por seguro que no le iba a resultar fácil repetir la exitosa campaña al frente del equipo, en la que había conseguido nada menos que seis campeonatos, y que con su elección tenía más para perder que para ganar. Pero eso no le impidió limar las asperezas que tenía con los dirigentes del club y aceptar nuevamente el desafío, quizás el más difícil, el de las segundas partes. Dijo sí, y firmó un contrato ¡por tres años!, algo que en el fútbol argentino hacía mucho no ocurría. Lo que siguió fue un año otra vez brillante, para Boca y para el entrenador, quien ayer en Japón obtuvo su decimoquinto título desde que comenzó a dirigir en el país, en 1993.
No caben dudas de que Bianchi es hoy el técnico más ganador en la historia del fútbol local. Suma un total de siete títulos locales, tres con Vélez y cuatro con Boca; cuatro Copas Libertadores, las tres últimas con Boca; una Interamericana, con Vélez; y es el primer entrenador que logra tres Copas Intercontinentales: la primera con Vélez –también ante el Milan (2-0) en el ‘94– y las otras dos con Boca, ante el Real Madrid (2-1) en el 2000 y la obtenida ayer ante los italianos (muchos hablan ya de la paternidad de Bianchi sobre el Milan, ya que como entrenador de la Roma también consiguió una victoria por 3-0, y un empate a un gol). “Este es un triunfo argentino y no sólo de Boca”, dijo el entrenador.
“Creo que Boca fue más, tuvo el control de la pelota, y lo podríamos haber definido si terminábamos bien algún contraataque”, comentó Bianchi. “Los primeros quince minutos del alargue fueron protagonizados por Boca, que se cerró bien atrás, pero no tuvo esa cuota de penetración necesaria para desnivelar en los últimos metros”, agregó el entrenador.
Después de felicitar en el vestuario a cada uno de los integrantes del plantel, Bianchi se dirigió a la sala de conferencias del estadio de Yokohama y remarcó: “Me gratifica enormemente este título, y me llena de satisfacción porque es una gran alegría para este plantel, que estuvo unido siempre y llegó a donde llegó por mérito propio. A Boca nadie le regaló nada, todo lo obtuvo con disciplina, con fe en el trabajo y por eso hoy puede festejar un nuevo título internacional”.
Cuando el plantel llegue el martes al país, la atención estará puesta en los planes futuros del entrenador, quien pocos días antes de viajar a Tokio, contrariado en su relación con los dirigentes, reconoció públicamente la posibilidad de no terminar el contrato que lo vincula a Boca hasta finales del 2005. Lo cierto es que si bien el entrenador no volvió a tocar el tema, sí comenzó a planificar los trabajos de la pretemporada que el plantel comenzará a partir del 5 de enero.
Por su parte, como para calmar los ánimos, el presidente de Boca, Mauricio Macri, se propuso relajar tensiones y no escatimó en elogios para el entrenador. “Este título refleja la continuidad de un trabajo serio, elaborado por un técnico que para mí ya no se llama más Carlos Bianchi, se llama Carlos Ganar, porque es un auténtico triunfador”, dijo el dirigente.
No es descabellado pensar que, ya con este nuevo título en el bolso, Bianchi podría decidir finalmente irse de Boca por la puerta grande; seguramente no le faltarán ofertas del fútbol europeo. Pero, como en el 2002, la apuesta fuerte sería volver a poner todo en Boca: ahora tiene mucho más para perder que antes, pero ése es el desafío.
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