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Por Facundo Martinez

En un partido en el que sobraron patadas, empujones y choques, y sobraron también tarjetas amarillas –seis para Boca y tres para San Lorenzo, a falta de alguna que otra roja–, el equipo de Miguel Brindisi consiguió, con poco fútbol y mucho pelotazo, su primera victoria en el torneo ante los hombres de Néstor Gorosito, que fallaron, y mucho, en lo colectivo. Carreño abrió el marcador en el arranque, Guglielminpietro amplió sobre el final de la primera parte y Cangele cerró la cuenta a siete minutos del final, cuando ya San Lorenzo no hacía prácticamente nada para descontar.
No habían pasado dos minutos cuando el árbitro Héctor Baldassi sancionó una dudosa posición adelantada de Michelini, anulando lo que hubiera sido el primer gol del encuentro. El volante lo gritaba como loco, la defensa local se había dormido lindo ante su tremendo cabezazo. Pero Baldassi dijo no, y los hinchas visitantes, que todavía no llenaban la tercera bandeja, tuvieron que postergar su euforia.
Todavía estaban los visitantes insultando al árbitro cuando Carreño, el mismo delantero que negaron e insultaron hasta cansarse, habilitado por Palermo, le amagaba al arquero Ramírez para sacar un lindo zurdazo y poner 1-0 el asunto. Más bronca todavía, porque Carreño festejó doble o triple su primer gol desde que pegó la vuelta; después iba a simular un penal.
No era justo el marcador, porque no había diferencias en el juego. Todo Boca, sin claridad para jugar la pelota, terminaba tirándosela siempre a Palermo, para que éste hiciera algo, lo que saliera. Y no parecía ser tan mala la estrategia: un remate cruzado del delantero complicó a Ramírez; después se la dejó servida a Cagna, que remató desviado.
En San Lorenzo no aparecía el equipo. El juego recaía sólo en las individualidades y, a la larga, el equipo pagó muy caro esa carencia. Tuvo una chance Barrientos, tras un grosero error del colombiano Vargas, pero terminó rematando muy alto ante la salida de Abbondanzieri, que después iba a taparle un buen remate a Romagnoli.
El partido se había vuelto demasiado violento y trabado, y ahí ganaba Boca, más unido y bien dispuesto al roce. Estrelló Vargas un violento remate sobre el palo izquierdo de Ramírez, que luego se iba a dejar anticipar por Guglielminpietro, autor del 2-0, tras un cabezazo de Schiavi, y se iba a reivindicar desviando al córner un violentísimo remate de Cascini.
Tras el descanso, San Lorenzo pareció bajar los brazos. Los cambios de Gorosito no sirvieron para mejorar. Boca entonces sí fue superior en el juego. Estuvo dos veces cerca Palermo de anotar su gol: la primera se le fue alto y la segunda, de chilena, pasó muy cerca del arco. Terminó cerrando el marcador Cangele, tras un rápido saque de arco para Morel Rodríguez, que habilitó muy bien al delantero para que éste, ante la salida de Ramírez, conectara un lindo zurdazo al primer palo.