FúTBOL › JUGO MAL, SUFRIO Y NO PUDO EMPATARLE A CENTRAL EN ROSARIO
Boca fue pura impotencia
El 6-0 ante Vélez del miércoles pasó rápidamente a ser un mal recuerdo: el equipo de Brindisi tuvo un pobre rendimiento y se vio superado por el equipo local, que conquistó la victoria con un gol de cabeza de Papa. De esa manera, perdió la chance de alcanzar la punta del torneo y quedó a dos puntos de River.
Lejos de la efectividad mostrada en la semana ante Vélez, el equipo de Miguel Brindisi brindó ayer un muy pobre espectáculo en Rosario ante Central, que con un gran segundo tiempo se llevó la victoria por 1-0, con un gol de palomita del volante Emiliano Papa. La derrota, segunda en lo que va del Apertura, le impidió a Boca aprovechar la oportunidad de quedar como único líder del torneo que le brindaba el empate de River ante Newell’s. El juvenil Andrés Díaz y el veterano Eduardo Coudet fueron las figuras del conjunto de Angel Tulio Zof; en el de Brindisi, lo mejor fueron unos pocos minutos en los que se encendió Carlitos Tevez, a quien parece faltarle compañía.
Diecisiete minutos transcurrieron hasta la primera situación de peligro: un mano a mano que el arquerito Ojeda le ganó a Tevez, quien había picado habilitado por Palermo, tras un error de la defensa local. Antes, nada de fútbol: mucha fricción, pelotazo y un choque de cabezas entre Morel Rodríguez y Emanuel Villa que los obligó a salir del partido algo aturdidos rumbo al hospital.
Hubo un rato en el que Boca generó varias chances peligrosas, que coincidía con un mal momento de Central en el que sólo brillaba el pibe Díaz, quien complicaba y mucho a los volantes boquenses. Volvió a estar cerca Tevez de abrir el marcador, primero cuando, habilitado por un remate cruzado de Cagna, intentó conectar de taco; luego cuando recibió de Palermo para sacar un potente zurdazo que terminó desviándose en un defensor.
Central no encontraba el camino para llegar jugando y probaba con remates de larga distancia que, cuando no iban a las nubes, Abbondanzieri controlaba sin sobresaltos. Sin embargo, en el último cuarto antes del descanso, sacando provecho de la flojedad que evidenciaba Boca, Central se adelantó unos metros y consiguió dominar la pelota. Luego de una serie de desaciertos defensivos entre Traverso y Schiavi, Ruben quedó con la pelota frente a Abbondanzieri, pero el remate pegó en el cuerpo del arquero y Jerez terminó despejándola de chilena. Sobre el final, Vitti sacó un potente remate, pero el arquero logró despejar.
En el segundo tiempo, Boca fue pura impotencia. Central consiguió controlar los laterales con un buen trabajo de Rivarola y Ferrari, y también de Coudet, que iba de menor a mayor para terminar en figura. Salvo un derechazo de Tevez que se fue por encima del travesaño, Boca no conseguía llegar con claridad. Pelotazo va, pelotazo viene, se fue empequeñeciendo frente a los rosarinos, que a esa altura ya habían entendido que el negocio era tocar la pelota y llegar jugando. Así generaron cuatro oportunidades claras de gol, que no prosperaron por muy poco; hasta que en la quinta, a los 56, apareció Coudet con un centro que Ruben peinó hacia atrás para que Papa conectara de palomita, dejando en el camino la marca de Jerez.
Boca no conseguía reaccionar y Central apostaba a que el reloj corriera rápido. Hubo una breve insinuación de Boca sobre el final, cuando Central se replegó esperando el pitazo de Angel Sánchez. Breve porque, al final, resultó ser más de lo mismo: pelotazo limpio, sin ton ni son.